Máscaras escribe Jesús Olmos
Llenos de vanidad infundada y ridícula, se han revestido quienes en el pasado gozaban, a beneficio de su intelecto, del apapacho gubernamental.
Recientemente, en diversos espacios de opinión, hemos visto como se descomponen los rostros y los argumentos de un grupúsculo que durante muchos años fue dominador de la opinión pública, que aún conserva ciertos privilegios, sobre todo de espacios para hacer eco, pero que los ha visto mermados por el cambio de Gobierno y el viraje en políticas públicas tanto a nivel local y estatal, como en el ámbito federal.
Están ahí un grupo de 4 adultos mayores, en un programa de opinión, uno de ellos comandando el debate, dos más exacerbados y uno más atendiendo a los verdaderos argumentos.
Analizando la última edición de este espacio de opinión, lo vertido por una parte de los analistas deja muy en claro hasta donde alcanza a ver este ejercicio “intelectual” la realidad de este país.
"Imagínate Tabasco, ahí arrasa con el 80%, si vota 100% son un chorro de votos, no es como USA, entonces prefiero mil veces que no voten, en Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y que no voten los adultos mayores", dijo uno de los panelistas fuera sí.
Otro autodenominado intelectual “sugirió” que no todos los votos valen lo mismo porque el voto solo vale cuando votan los “notables”.
Un argumento más, fue un llamado a denunciar la compra de millones de votos como una especie de intercambio por todos y cada uno de los programas sociales del Gobierno federal, porque para él solo eso representan, aunque la candidata opositora (a la que apoya) propone más y con mayor presupuesto.
Luego auguraron el fin de la democracia, el presidencialismo autoritario, la pérdida de libertades, y un sinnúmero de cuestiones más, que igualmente auguraron en 2018 y que no terminaron por ocurrir.
No es para nada un secreto que ha sido la candidata presidencial Claudia Sheinbaum el objeto de todos estos “alertamientos” o más bien proyecciones apocalípticas, por lo que en su discurso de cierre de campaña les respondió lo siguiente.
“Concebimos un México plural, diverso, y democrático. Sabemos que el disenso forma parte de la democracia y que, aunque la mayoría del pueblo respalda nuestro proyecto, nuestro deber es y será siempre velar por cada una y cada uno de los mexicanos, sin distingos. Por lo mismo, estoy segura que, aunque muchas mexicanas y mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto o tengan preferencias por otras fuerzas políticas, todas y todos los mexicanos habremos siempre de caminar en paz y en armonía, sin discriminación."
El domingo veremos si trufó la visión catastrofista cargada de clasismo y exclusión, o si triunfa la promesa de un Gobierno democrático, que deberá entender de los errores que el electorado le marque a su pasado y emprender un futuro que todo el país necesita, no solo, unos cuantos.
@Olmosarcos_
