Desafíos de una agenda binacional desde Puebla

Desafíos de una agenda binacional desde Puebla
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado  

Cuando la mañana de este miércoles el gobernador electo, Alejandro Armenta, desahogue la agenda prevista en suelo angelino para recibir el grado de invitado de honor de esa ciudad, cuya característica como asentamiento santuario es la de una enorme presencia hispana, habrá dado un paso decisivo en el futuro de las relaciones, no solo con la comunidad latinoamericana y subrayadamente con la mexicana, sino con el Partido Demócrata. 

Armenta será recibido en el City Hall a propuesta del consejal Kevin de León, un decidido apoyo político y moral para la comunidad latinoamericana en suelo norteamericano. Ahí en el Cabildo recibirá la proclama de invitado de honor de una ciudad que será, como Nueva York, Pennsylvania, Wisconsin y Texas, clave para la definición de la elección presidencial en ese país en noviembre próximo.   

El voto indirecto de un proceso que vive el ejemplo del modelo de democracia no se resuelve a través del voto directo, sino del número de delegados que cada uno de estados y ciudades posee para definir el destino de un país como el vecino del norte para un periodo de gobierno de cuatro años, con la probabilidad de una reelección más.      

Los Angeles, California, es gobernada por una mujer progresista de 70 años de edad con una larga experiencia en el ámbito legislativo y hasta antes de su postulación al gobierno angelino, poseía una carrera en permanente ascenso en la capital de Estados Unidos, tras seis periodos consecutivos en la Cámara de Representantes.  

Ya como alcaldesa decidió impulsar un programa para retirar de la vía pública a cientos de residentes sin casa mediante con un inaudito esquema social que consiste en alojarlos en moteles tras quedarse sin un techo a causa de las dificultades económicas. 

La política pública de inyectar dinero de la ciudad para aliviar las penurias de los pobres en un país considerado en el mundo capitalista como símbolo de progreso encendió focos de alarma en sectores conservadores, especialmente en el ciudadano promedio de clase acomodada y simpatizante del Partido Republicano.

Por si hiciera falta, existe un ingrediente adicional que polariza a la unión americana: la versión de la existencia de un segundo atentado para terminar con la vida del candidato republicano Donald Trump atiza los ánimos en un sistema bipartidista con una enorme competencia política.

Es en ese contexto que el gobernador electo de Puebla continua esta media semana por dos estados de la Unión Americana con una notable presencia de mexicanos residentes e indocumentados, primero en Nueva York en donde ratificó la aceptación y simpatía de un conglomerado de gente obligada a abandonar su suelo, como saldo negativo de políticas públicas impuestas por gobiernos insensibles ante las dificultades de zonas como la mixteca, sierra negra y norte de Puebla.       

Mi casa es Puebla en ambas ciudades bajo el esquema de la nueva administración deberá contemplar los desafíos que impondrá irremediablemente un periodo de turbulencia política como el proceso electoral en el que la conversación del republicano Trump y la demócrata Kamala Harris con sus respectivas audiencias, ha sido monopolizada por la inmigración y el narcotráfico, dos expedientes en los que México lleva mano.

@FerMalonadoMX