Los retos en Morena

Los retos en Morena
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado  

El partido Morena está frente a un reto enorme de cara al proceso de sucesión de su dirigencia, exactamente dentro de 16 días: transitar a la institucionalidad sin perder el origen en los movimientos con los que fue concebido.

Acaso el primer tropiezo producto de esa génesis haya sido el infantil error de adelantar a un presunto preferido como Pavel Gaspar, llevado al primer círculo del gobernador electo, Alejandro Armenta, como un reconocimiento a la izquierda poblana que representó el padre del legislador local, Horacio Gaspar Lima.

La dirigente que esta por dejar la dirección estatal del partido guinda, Olga Lucero Romero Garci-Crespo pudo haber cometido una indiscreción de principiante cuando se deshizo en elogios hacia el vástago de aquel viejo dirigente de los movimientos progresistas en Puebla, un impulso que contravino el estilo y forma del jefe real del partido oficial, que consiste en una elemental discreción.

El tropiezo declarativo de quien será servidora pública desde el organismo público descentralizado Carreteras de Cuota no es el mayor de los males de una franquicia que detenta la mayoría de los cargos políticos en Puebla.

Desde que se llevó a cabo la elección de consejeros, máximo órgano de dirección en Morena, las cabezas de grupo empujaron por obtener el mayor número de asientos.

La mayoría aritmética tenía sentido pues de ello dependía tener mayores probabilidades para influir en la designación de quien sería luego coordinador para la Defensa de la Transmisión en el territorio poblano.

La mayoría de los consejeros obedecieron al fallecido gobernador Miguel Barbosa; al ex coordinador de los diputados y actual senador, Ignacio Mier; y a la actual diputada federal, Claudia Rivera, entre otros.

Conocedor de los renglones con letras pequeñas en la vida partidaria, Alejandro Armenta se abstuvo de impulsar a alguien en ese órgano de dirección partidista.

Ahí radica la némesis del partido de mayor crecimiento electoral en México y en Puebla: evitar que el 16 de noviembre se convierta en una batalla campal para obtener la dirigencia del partido que decidirá en algo así como año y medio las candidaturas de la elección intermedia del sexenio.

Corresponderá al gobernador electo maniobrar para que el partido político que lo postuló en noviembre pasado tenga una dirigencia estatal con capacidades probadas para conducir el proceso interno y enfrente con éxito la elección de 2027.

Las capacidades políticas que se requieren no las posee cualquiera de quienes han levantado la mano por una razón elemental: lo que el activismo no da, el apellido no presta.

Llevar al mejor perfil a un cargo de alta dirección partidista en medio de un grupo de consejeros que hasta ahora no deben nada al gobernador electo imprime un desafío mas en la trayectoria política de Armenta.

No será la última que tenga frente así, pero si la primera en su papel de gobernador de Puebla y jefe político de facto de una estructura partidista que le fue heredada.

A su vez, los consejeros entre quienes es existen algunos con nombre y apellido que se asumen como herederos históricos del movimiento original, con egos exacerbados, serán puestos a prueba. Renovarse o morir será la premisa.

@FerMaldonadoMX