Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
En medio de una de las más profundas crisis por las que atraviesa el Partido Acción Nacional, los sectores duros de esa expresión política parecen estar decididos al auto exterminio; incluso, en uno de los bastiones más representativos en una plaza que conquistada desde hace décadas: San Andrés Cholula.
En esta semana que termina medio centenar de personas -algunas de ellas llevadas con engaños- lanzó consignas en contra del presidente municipal, Edmundo Tlatehui Percino, el militante de ese partido que debió franquear dos aduanas de grandes dimensiones: la oposición de una nomenclatura liderada por Genoveva Huerta, una dirigente que evidenció con creces su adicción al grupo político del fallecido Rafael Moreno Valle; y la segunda, que no fue menor, echar del gobierno municipal a Morena, con Karina Pérez Popoca.
La arquitectura política de Tlatehui Percino ha llevado tiempo y dedicación. El diálogo constante con quien con legítima aspiración han expresado el deseo de contender en la interna por la nominación da cuenta de ese trabajo maduro y tenaz que acaso evite las fracturas que suelen traer como consecuencia derrotas en las urnas.
El columnista Alvaro Ramírez describió con precisión ese trabajo el 14 de enero pasado bajo un acierto que no admite réplica: “Se atrinchera San Andrés” https://www.parabolica.mx/2024/columnas/piso-17/item/385 en una narrativa que da cuenta del empeño y tenacidad para retener el gobierno de uno de los municipios más preciados de la zona metropolitana de Puebla.
En otra entrega de la Parabólica se hizo una relatoría de las probabilidades que Tlatehui Percino posee para aspirar a repetir en el encargo, como dictan diversos estudios de opinión, a contracorriente de lo que sucede con la vecina Paola Angón, en San Pedro Cholula, convertida en un cadáver político por la desastrosa gestión de gobierno.
Entre las cabezas visibles de la menguada concentración estuvieron por ejemplo Salvador Velázquez, incapaz de ganar una elección en la Reserva Territorial Atlixcáyotl. Su trayectoria lo pinta de cuerpo entero: presume su militancia, pero no fue suficiente para convocar el voto de la gente para vencer a Edgar Hernández. Fue por cierto servidor público en la gestión en turno.
Otro de los abajo firmantes que convocaron a la manifestación fue Oscar Huanetl, ex dirigente local de Acción Nacional y quien también encontró cobijo en la administración municipal de Tlatehui.
Uno a uno, exhiben sus limitaciones políticas. Es el caso de René Cuautle, ex secretario de Obras Públicas en el gobierno en turno. La característica de este ex servidor público fue el ausentismo. El presidente municipal decidió removerlo y el conjunto de proyectos en infraestructura en ese lugar viven un relanzamiento.
El caso de Jorge Torres otro de los participantes de la mini revuelta es aún mayor. Es esposo de Felisa Jaramillo, actual síndico. Habla de No Sucesión, pero pretende ser señalado como candidato para perpetuar una familia caracterizada por el dispendio con cargo al dinero de los cholultecas, según lo señaló la regidora Berenice Porquillo.
En esa extensa bitácora de personajes secundarios está Francisco Mixcoatl, suplente del presidente municipal, dispuesto a incumplir con el encargo para el que el voto mayoritario lo llevó en 2021 por una ambición personal que deslegitimó alentando a la revuelta.
La característica de esa lucha pondrá irremediablemente en riesgo la opción de gobierno por obvias razones. Las bajas que la dirigencia estatal registra en el ámbito legislativo obligarán a un reacomodo de fuerzas internas justo en la antesala del inicio del proceso, pero del conjunto de personajes, ninguno parece tener las capacidades para advertir del riesgo del descalabro electoral.
@FerMaldonadoMX