Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
Se llegó la mitad de semana, previa a dos semanas del inicio de la campaña presidencial que centrará la atención en dos competidoras: la candidata de Morena-PT-Verde, Claudia Sheinbaum Pardo y del PAN-PRI-PRD-Claudio X. González, Xóchitl Gálvez Ruiz, y dos cosas no han sucedido en la aldea poblana.
Los vaticinios fallaron en sus desaforados pronósticos que tenían que ver con el anuncio de la candidatura de Morena a la presidencia municipal de la capital que apunta a José Chedrahui Budib, incluso antes de la unción de la candidatura formal al gobierno del estado en la persona de Alejandro Armenta, que sucedió el domingo 11.
En el más elemental de los análisis y en correspondencia con los usos y costumbres de la clase política que se rige aún por la ortodoxia que dice que primero está el 1 y luego el 2, era imposible que la candidatura a una alcaldía, así fuera la de la capital, ocurriría justo antes del previsible anuncio de la confirmación de la candidatura a gobernador por razones que descansan solo entre iniciados: no restar reflector al candidato.
Actuar en sentido inverso habría sido una descortesía propia de principiantes y que cuando suceden, suele tener repercusiones políticas imprevisibles. La historia abunda en ejemplos en todos los rincones del país, en momentos diferentes y con grupos políticos de todo tipo. Las lecciones no están en ningún manual de procedimientos y tampoco se abreva en las aulas, sino que obedece al fino olfato de los involucrados.
No solo no sucedió el anuncio que revele la identidad de la persona sobre quien descansará la llamada Coordinación para la Defensa de la Transformación en Puebla y el resto de los 216 municipios, sino que quien parece encaminarse por esa ruta bajó su perfil hasta casi la inexistencia, como no ha sucedido con Claudia Rivera que se aferra a la nominación.
Otro pronóstico fallido es el de la lista de candidatas y candidatos a una diputación federal. Desde el lunes mismo trascendió en medios y redes que sería cuestión de horas para conocer las nominaciones en el partido Morena, pero al momento de escribir esta entrega, no había sucedido.
Una lista filtrada a algunos medios poblanos escrita hasta con faltas de ortografía explica el nivel de estrés, nerviosismo y presión que existe respecto del proceso decisorio en la última etapa por razones fácilmente explicables: será la última oportunidad de alcanzar un cargo para dar aliento y vigencia en la vida política a quienes así lo han manifestado.
Quienes no hayan alcanzado una nominación a la presidencia municipal, ya sin probabilidad alguna de ser beneficiado con la candidatura al gobierno de Puebla, una candidatura a diputado federal es un símil del último vagón del tren que está por partir y los boletos para montarse en la maquinaria electoral, se agotan.
Otra máxima en la arena sostiene que no por mucho madrugar amanece más temprano. Quienes acarician la idea de tener entre sus manos el boleto que les permita competir por un asiento en San Lázaro presionan y filtran con el ulterior propósito de figurar, aunque la experiencia indica que no siempre tiene resultados que sean favorables para esos propósitos, aunque coman ansias y se muerdan las uñas.
@FerMaldonadoMX