Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado
Un sitio de noticias en internet enfocado al fenómeno criminal publicó en diciembre pasado dos eventos presuntamente ocurridos en Puebla que demuestra la existencia de un contexto de riesgo para la población civil y las formas de convivencia democrática en general, al que nadie puede ser ajeno.
El primero hablaba del hallazgo de un cuerpo decapitado en un camino rural entre Nativitas en Tlaxcala y Huejotzingo, Puebla. Los restos humanos estaban acompañados de un mensaje dirigido a un grupo rival. La narrativa no es nueva, porque de acuerdo con lo publicado, se trataba de una víctima que invadió una plaza bajo el manto pernicioso de un cártel rival.
El otro evento, habría ocurrido en Coronango. Un grupo de delincuentes dedicados al robo de hidrocarburo enfrentó a militares y corporaciones policiacas. No hubo bajas en ninguno de los bandos, según la nota, pero tampoco detenidos y eso revela que la logística criminal se especializa… y corrompe.
Pudo suceder que, dado las fechas de los sucesos, en pleno periodo vacacional decembrino, ninguno de los dos recibió atención noticiosa. El primero de ellos sucedió el 17 de diciembre y el segundo, el 21 del mismo mes. Nada se supo de ello.
En septiembre dio inicio el proceso federal electoral que permitirá a los habitantes del país decidir cuál de las ofertas políticas será quien conduzca el destino de México y nueve entidades, entre ellas Puebla, para los próximos seis años.
En México los procesos de alternancia política han estado sujetos a riesgos inminentes. La presencia de grupos de interés que buscan perpetuar o ensanchar su influencia es recurrente. Buscan poder, dinero o ambos y no siempre por las buenas, como se demostró en el proceso de 2018.
En esa jornada electoral, que estuvo caracterizada por la civilidad en todo el país, Puebla fue la excepción. A las 13 horas estalló una ola de terror y violencia que atrajo reflectores de todo el país por la virulencia de un grupo de sicarios, narcomenudistas y asaltantes actuaron en pleno proceso y ante la mirada complaciente de las autoridades de la época.
Lo recuerda bien el consejero electoral Gerardo Sánchez Yanes, que está por cumplir 24 años de trabajo en procesos comiciales en el país. Lo trajo a cita en una conversación en el programa #ElAlmuerzo ante la proximidad de la jornada electoral prevista para dentro de 143 días. La impunidad en ese expediente negro en la historia de los procesos electorales es palmaria: “ni voltearon a ver” a los autores intelectuales que pretendió inhibir al electorado.
Integralia Consultores diseñó un documento de consulta obligada en el que se establecen “diez riesgos políticos para 2024”. Tres aspectos adquirieron el nivel de alto y muy alto y uno de ellos cobra mayor peso a la luz de lo observado en Puebla, en Ecuador y durante los comicios de hace cinco años.
Establece la existencia de que “grupos criminales aprovechen la coyuntura electoral para para ampliar su control sobre el gobierno y los mercados locales; a corto plazo esto aumenta la violencia política; a mediano plazo fortalece su autoridad a nivel territorial, dejando vulnerables a las comunidades y organizaciones frente a delitos como extorsiones, cobro de piso y robos”. La mayoría de los riesgos que Integralia Consultores vislumbra para este año, eminentemente político, se relacionan de un modo u otro con el proceso electoral.
La prospectiva no es diferente a otros escenarios de riesgo en el pasado, pero en el presente adquiere una dimensión distinta debido a la metodología y el rigor con el que se plantea y que con frecuencia tiende a ser soslayada desde el poder público.
@FerMaldonadoMX
