Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado
No ha comenzado la pugna por el poder pública y la cuota de sangre la puso el partido en el poder con la ejecución este sábado de quien aparecería en la boleta como candidato a edil, Jaime González Pérez a quien en el municipio que pretendió gobernar, Acatzingo, se le conoció como “El Maicero”.
Se trata de una ejecución que debe activar alertas por razones de diversa índole que empaña el proceso comicial del 2 de junio. En abono de los organizadores y participantes para permitir un desarrollo democrático en paz está la condena unánime de un crimen que tomó por sorpresa a la sociedad entera.
Casi al unísono están los posicionamientos del gobernador Sergio Salomón; el candidato a gobernador, Alejandro Armenta; y hasta de su adversario, Eduardo Rivera que deberá contener conclusiones anticipadas, propagación de rumores y fake news, o juicios a la ligera como los de periodista Lourdes Mendoza que a través de su cuenta de X acusó la existencia de una “escalada de violencia” impulsada desde Morena.
El dato preciso es inobjetable: cuatro personas a bordo de dos motocicletas fueron al ataque directo en un lote de autos usados de su propiedad. González Pérez no era un perfil que se hubiera distinguido por una actuación desde la izquierda y quien conoce el entorno que envuelve a los comerciantes de autos seminuevos, sabrá que no es el mas honorable ni saludable.
Algunas versiones de prensa lo ubican como un cercano a Antonio Valente Martínez “El Toñín” a quien la Fiscalía General del Estado investiga desde hace meses por su probable participación en grupos dedicados al robo de combustibles de ductos de Petróleos Mexicanos y que consiguió la candidatura del municipio de Quecholac para su hija Guadalupe Martínez, aún careciendo de experiencia en política partidista o administrativa.
Hace 31 años en ese municipio el hoy candidato al gobierno de Puebla por la coalición Morena-PT-Verde, Alejandro Armenta inició su trayectoria como presidente municipal en el periodo 1993-1996, aunque en 1990 fue coordinador del Programa Nacional de Solidaridad, juez civil y presidente del Comité Deportivo Municipal.
Por el bien de las campañas que arrancan el próximo fin de semana, por la salud de la vida pública y la democracia que todos debemos cuidar, la muerte del aspirante a presidente municipal de Acatzingo no debe ser tomado como una señal o advertencia para nadie.
Hay que subrayar; sin embargo, que el nivel de deterioro de las condiciones de seguridad en ese sitio, como en el resto de los municipios de la región conocida como el “triángulo rojo” profundizó en el gobierno de Rafael Moreno Valle que se hizo acompañar de un gabinete con gustos extravagantes y adictos al dinero procedente de las cañerías y malas manos.
La designación de “El Maicero” como candidato a un cargo de elección popular que ganó notoriedad a partir de su propia ejecución no hace sino subrayar la porosidad en los métodos de designación, como sucede igual en el Pacto Social de Integración que llevará en la boleta a un Inés Saturnino López Ponce, un mentiroso contumaz que ha sido exhibido por su proclividad a las malas artes de la política, pero protegido por el frente opositor.
En una entrevista reciente para el programa #ElAlmuerzo, las candidatas al Senado de la República por Puebla, Ana Teresa Aranda del frente opositor y Liz Sánchez, de la coalición en el poder desestimaron solicitar medidas cautelares para realizar sus actividades de campaña.
Solicitar medidas de protección por algunas de las personas que a partir del Domingo de Resurrección comenzarán el voto mayoritario sería confuso en medio de una sensación de inseguridad según refieren todas las mediciones de opinión conocidas y publicadas.
@FerMaldonadoMX
