parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
Se cayó la propuesta de realizar 16 debates entre los candidatos a una diputación federal por cada uno de los distritos que comprende el estado de Puebla.
Aunque una postura políticamente correcta sería condenar la falta de intercambio de ideas, réplicas y contra réplicas entre quienes juegan por una posición en la Cámara de Diputados en San Lázaro, no es una lástima.
No se trata de desacreditar o minimizar el trabajo realizado por el Consejo local del Instituto Nacional Electoral; de hecho se trataba de un esfuerzo notable después de haber hecho una inversión importante para el equipamiento de la sede del Instituto Nacional Electoral.
Por primera vez en la historia de los debates, un consejo local del INE, habría contado con un foro propio, equipamiento de última generación y sin límite de tiempo para la transmisión de cada uno de esos debates.
Haber avanzado hasta plantear entre los representantes de los partidos políticos, efectuar 16 debates, habría colocado al estado de Puebla con el mayor número de este tipo de ejercicios en el país.
No se debe olvidar que junto con los debates, entre los candidatos al gobierno del estado, los dos que comprende la primera y segunda fórmula al Senado de la República y los 16 planteados por el INE, lo que habría dado un total de 19 encuentros.
Pero por encima del número está la calidad; es decir, no es la cantidad, sino la cualidad de cada uno y cada una de los contendientes a una diputación federal. Y es que en la riqueza de las propuestas de cada una de las coaliciones y partidos hay unos más parejos que otros.
Colocarlos a cada uno de esos perfiles bajo el escrutinio de una cámara de televisión, un micrófono y las plataformas digitales hubiese significado un riesgo exponencial de debilidades, en términos de conocimiento político, jurídico y legislativo; por el contrario, habría puesto en un plano mínimo las fortalezas de los debatientes.
Haber monitoreado el número de debates planteados originalmente en el consejo local del árbitro comicial habría sido un reto a la paciencia, la capacidad de asombro y el insomnio de los asistentes en el foro y para las audiencias en las redes sociales.
Suficiente tuvimos los más de 30 millones de personas que seguimos el primer debate entre quien busca ocupar la silla presidencial en palacio nacional. La forma y el fondo de ese primer debate produjo interés en un primer momento, pero terminó con la paciencia de la mayoría de quienes lo seguimos.
De lo deseable lo posible. La calidad del discurso político en algunos de los contendientes ha dejado mucho que desear por la improvisación en la arena política, la falta de preparación académica y la ocurrencia que ha suplido a la política pura como una expresión necesaria de todo ejercicio democrático.
Llevar ese tipo de expresiones innecesarias, indefendibles a una transmisión para encontrar fortalezas y debilidades. No habría hecho sino degradar aún más el ejercicio de la política.
Por primera vez habrá que celebrar que el desfiguro de la clase política no será llevado a la máxima publicidad por una decisión atribuible sólo a los partidos políticos que no hace sino dejar en relieve que hoy. probablemente y por primera vez, haya habido un impulso de prudencia y decoro para la tranquilidad de los electores.
Dicho en buen español: entre mas calladitos, no mas bonitos, pero seguro será menor el control de daños y mucho mas reducido el daño colateral habrá.
@FerMaldonadoMX