El bochorno panista

El bochorno panista
Fernando Maldonado
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Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado

Dos diferentes liderazgos del Partido Acción Nacional en Puebla desacreditaron los acuerdos que en hoja de papel bond escribió, firmó y publicó el dirigente de ese partido, Marko Cortés para exhibir la falta de palabra de la dirigencia priista y el gobernador de Coahuila Manolo Jiménez.  

Se trata de Francisco Fraile García, ex candidato al gobierno de Puebla en 2004 y Humberto Aguilar Coronado, ex subsecretario de Gobernación en el Gobierno de Vicente Fox Quesada. Ambos perfiles tienen ligas con el centro del país y no se les puede regatear méritos y trayectorias políticas.     

Y es que la tormenta en lontananza no ha sido suficientemente valorada en la oposición política tras la revelación de ese documento mal trecho exhibido por Cortés y del que poco se ha hablado en público entre quienes toman decisiones en la vida interna en Acción Nacional, por bochorno o por conveniencia.

Fraile García y Aguilar Coronado hablaron para el programa #ElAlmuerzo que se transmite todos los días a través de las plataformas de Parabolica.mx e IntoleranciaDiario.com, de la crítica “durísima” al dirigente panista y de lo “enlodada” que está la política, ante la revelación de tal magnitud.

Para tener una dimensión del boquete que abrió la infidencia de la dirigencia panista en el momento menos oportuno, merced de la contienda política en curso, tiene que ver con la imagen que como oposición existe frente a un proyecto político encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya narrativa en contra de la corrupción permitió estar en el sitio que ocupa desde la elección de 2018.

Ya se sabe que la imagen incorruptible del inquilino de palacio nacional comienza a mostrar mácula tras las revelaciones del tráfico de influencias de sus hijos para favorecer a proveedores y constructores afines el régimen con cientos de millones de pesos en utilidades para las partes involucradas.

El problema real para la oposición en la coyuntura nacional tiene que ver con la menguada autoridad política para acusar presuntas anomalías, irregularidades y favoritismos en materia de manejo de recursos públicos en el Gobierno federal y la familia presidencial, como se ha visto a lo largo de los meses.

Es una realidad inocultable que para el grupo gobernante existe un problema de corrupción, para el que se carece de un plan razonablemente adecuado para la contención de crisis, pero es aún más grave para quienes conducen los esfuerzos de los partidos opositores por que se adolece de asepsia política.

No es que no hayan existido ese tipo de negociaciones en la esfera política. Han sido bastante frecuentes. Para el caso poblano la negociación a partir de criterios pragmáticos y mercantilistas, los pactos florecieron con el PAN en el gobierno de Puebla de la mano de Rafael Moreno Valle, difunto desde diciembre de 2018 junto con su esposa Martha Erika Alonso.

Ya se ha escrito con abundancia, pero ilustra para el caso: el ex candidato a gobernador por el PRI en ese entonces, el ex rector de la BUAP, Enrique Doger Guerrero hizo el innoble trabajo de cañería para favorecer a la abanderada del PAN y consorte de Moreno Valle en detrimento del candidato de Morena, Miguel Barbosa.

El precio por el trabajo sucio en esa polarizante campaña era la entrega de la Secretaría de Educación o de Salud para Doger, para lo que estuvo siempre informada la dirigencia nacional del PRI, con una salvedad, no firmaron papeles para evitar lo que ahora vemos y hasta los panistas critican: la repulsa entre panistas con criterio propio, y el disimulo para los cínicos.

 

@FerMaldonadoMX