Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
No está en la boleta electoral, pero si en el imaginario colectivo. Es el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el activo más importante con el que cuenta el partido en el poder.
Aritmética pura, pues. En el último tramo de la campaña no sólo no ha dejado de influir en la agenda pública, sino que seis de cada diez ciudadanos aprueban la gestión sexenal, aunque en Puebla alcance 70 por ciento de aprobación.
El resultado de diversos estudios de opinión coloca a la inseguridad como el lado flaco de la administración federal. Sin embargo, el dato duro está ahí sin grandes variaciones y es, sin afán de parecer tremendista, casi imposible haya una variación rumbo al día de la elección el 2 de junio.
La elección para la que un sector conservador en México espera ver caer al grupo de Andrés Manuel López Obrador, deberá sentarse a esperar, al menos un periodo sexenal mas.
Aunque hay señales de alarma en estados como Morelos y Veracruz, dos bastiones de Morena tras los desastrosos gobiernos de Cuauhtémoc Blanco y Cuitláhuac García, de manera respectiva, Puebla se cuece aparte.
El candidato a gobernador por Puebla, Alejandro Armenta camina sin atisbo de tropiezo, rumbo a Casa Aguayo, la sede del gobierno, con una diferencia respecto de su mas cercano competidor, a por los menos 20 puntos de ventaja.
Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial que domina con solvencia las preferencias según los instrumentos de medición más confiables en esta justa electoral, podrá descansar dado el resultado por anticipado que se prevé ocurra en el estado de Puebla.
El previsible desenlace luego del domingo 2 de junio colocará a la oposición en un drama político de proporciones bíblicas. No sólo porque habrá fracasado la estrategia basada en la engañosa realidad que ven como amenaza a la democracia.
Sino porque la mayoría de ciudadanos habrán ratificado un modelo político instaurado desde 2018, con el triunfo de un caudillo que llegó de los pantanos del edén tabasqueño para adueñarse de la vida pública, para colmo de una clase acostumbrada a minimizar a quienes se comen las s a la hora de hablar.
En el curso del primer periodo de gobierno supuso un drástico viraje en la toma de decisiones desde el poder, diseñó políticas públicos y criterios de gasto del dinero público que antes privilegió a integrantes de sectores claramente identificados.
La marginalidad a la que está destinada la alianza que empuja a Xóchitl Gálvez en la carrera presidencial y a Eduardo Rivera en la gubernatura atizará la guerra en contra de los punteros, dice el manual de toda campaña política.
No es un secreto, ya lo han dicho los analistas identificados con ese segmento de la sociedad. La mentira cuando no mancha tizna, dice con frecuencia López Obrador. Algo de verdad hay en ello.
Por ello deberá ser necesario aguzar olfato y oído para no dejar pasar las bolas de lodo que prepara la oposición política porque el lugar común dice que en el juego del amor y la política todo vale.
El fin justifica los medios dijo Nicolás Maquiavelo, más vigente que nunca.
@FerMaldonadoMX