Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
El debate entre candidatos a gobernador en Puebla quedará registrado en la historia política, pero no por las propuestas en materia de seguridad, economía y sociedad entre otros aspectos de la vida pública para el periodo sexenal 2024-2030.
Dos de los tres contendientes, Eduardo Rivera del PAN-PRI-PRD-PSI y Alejandro Armenta, de Morena-PT-Verde y dos franquicias electorales mas, reprocharon mutuamente aparecer en fotografías con Tania N., la candidata a diputada local suplente del PRI, acusada de diversos delitos penales.
Tania N, mientras enfrentaba la audiencia de vinculación a proceso en Casa de Justicia, como en efecto lo determinó un juez de control, formaba parte de esa galería del terror que Armenta y Rivera mostraban a las cámaras en el encuentro organizado por el Instituto Electoral del Estado.
El ex presidente de la Mesa Directiva del Senado mostró la imagen del candidato panista con la imputada y el ludido devolvió el golpe con una añeja fotografía del morenista con la misma joven militante del PRI con lo que implícitamente, declararon responsable a quien aún no es formalmente declarada responsable de delitos como narcotráfico, homicidio en grado de tentativa y posesión de armamento de uno exclusivo del Ejército.
Era previsible y hasta obligado el uso de las imágenes de Mario Marín Torres, el ex gobernador preso por el presunto delito de tortura; el de Eukid Castañón, ex operador del ex gobernado difunto, Rafael Moreno Valle; y hasta de Fernando Cortés, sobre quien se presume, existe una denuncia por abuso sexual durante su paso como responsable del área de comunicación social.
El guión que anticipó lo que sucedería en el debate del Instituto Electoral del Estado estaba en los discursos, entrevistas y las campañas de constraste en redes sociales. Fueron entregas anticipadas del culebrón que vimos en vivo y en directo la noche de domingo.
El único elemento que no había estado en la disputa política fue el de la joven candidata suplente por la recien aprehensión en un domicilio de la colonia Tres Cruces y; sin embargo, tampoco pudo haber sido suficiente como para determinar que alguno de los dos principales contendientes hayan sido tiznados de cara a quienes observaron el debate dominguero.
Y si la joven a quien se le imputan siete delitos y su aparición en fotografías con prácticamente todos los actores de la vida política fue insuficiente, la mención de personajes como el ex gobernador priista Mario Marín, cuyo periodo de gobierno terminó en 2011 hace 13 años fue innecesaria.
No porque la artificiosa imputación del delito de tortura en contra de Lydia Cacho haya sido solventada, sino porque en la línea de tiempo, el último gobernador priista de Puebla apenas es referencia entre las nuevas generaciones y en muchos de los casos, el agravio se ha desvanecido con el paso del tiempo.
Y lo mismo podría argüirse respecto de la incorporación de personajes como Eukid Castañón y de “El Grillo” (José Christian Romero). Ambos forman parte del pasado político poblano del que el reducido círculo rojo posee registro, pero no el gran público que pudo haber atestiguado la lluvia de reproches.
Buen intento, mal resultado. Los cadáveres del pasado que los estrategas de las campañas de los candidatos Armenta y Rivera decidieron sacar del armario no fueron suficientes para cargar mácula alguna. La tendencia en las encuestas permite ver aún un escenario previsible al final de la contienda que sucederá en 20 días.
@FerMaldonadoMX