Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
Dos escenarios pintan para la capital de Puebla una vez solventada la aduana de la elección del domingo 2 de junio. Dos perfiles compiten por el triunfo en las urnas, con José Chedraui Budib por la coalición Sigamos Haciendo Historia de Morena y Mario Riestra, de Fuerza y Corazón por México de Acción Nacional.
Aún y cuando ambos perfiles guardan semejanza y amistad, cada quien entraña rutas opuestas para sus respectivos partidos y coaliciones a la luz de la trayectorias políticas y relaciones personales y sociales, que no son pocas ni menores por lo que no deben soslayarse por los alcances e influencias.
El Partido Acción Nacional y sus aliados tiene fincadas sus esperanzas sobre los hombros de Riestra y su triunfo el próximo 2 de junio, de lo contrario junto con la eventual derrota en el gobierno del estado, le espera un largo periodo de oscuridad política y austeridad presupuestal.
La esperanza de quienes ven condiciones competitivas frente al partido mayoritario encuentra sus orígenes en que ya pudieron vencerlo en la elección intermedia de 2021, cuando el candidato a la alcaldía Eduardo Rivera Pérez venció a Claudia Rivera Vivanco de Morena, que pretendió quedarse un periodo trianual luego de ganar en 2018, montada en la ola que significó Andrés Manuel López Obrador.
Rivera Vivanco no pudo contra Rivera Pérez por razones de índole diversa. La primera de ellas, pero no la única, el enojo de los habitantes capitalinos frente a una administración ineficiente y frontal que rivalizó con sectores clave en la vida citadina; otra de enorme significado, haber roto alianzas con el gobernador Miguel Barbosa que no dudó en dejar hacer y dejar pasar a los competidores sin mover un dedo.
Hay documentación abundante para determinar la existencia de diferencias entre una elección y otra. Las condiciones cambian diametralmente en diversos rubros. Los actores no son los mismos y el ánimo social también sufre modificaciones que se refleja a la hora de votar.
En el equipo de campaña de Riestra se apuesta; sin embargo, por repetir la dosis como en 2021.
Si como vaticinó la candidata presidencial Claudia Sheinbaum en su visita a Puebla el sábado para participar del cierre de campaña de los candidatos a gobernador y presidente municipal, Alejandro Armenta y Pepe Chedraui, Morena obtienen el triunfo, la derrota en las urnas para el partido en el gobierno de la capital, será un fracaso político y moral.
El candidato de Morena cumple este mes de junio un año de haber renunciado a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional, del que fue dirigente municipal. Estaría por convertirse en el presidente municipal electo si es que el escenario que dibujó Sheinbaum este sábado es certero.
La hoja de vida del presidente de la fundación que lleva su nombre ya había querido ser candidato a edil de la capital en 2013, posición que finalmente recayó en el ex rector de la Buap, Enrique Agüera Ibáñez, que terminó por ser vencido por la maquinaria de Rafael Moreno Valle y su candidato, Antonio Gali Fayad.
Se trata de la primera candidatura en manos de Chedraui Budib, cuyas atribuciones personales y políticas lo llevaron a la posición que hoy ocupa, y que lo tienen en la antesala de ser elegido por primera vez desde que decidió hacer política electoral y partidista.
Las condiciones de competitividad que se observan es el resultado de varios factores, particularmente las habilidades para conseguir empatía con sus interlocutores, las relaciones empresariales y políticas entre quienes se ubican el presidente del grupo Carso, Carlos Slim hasta el polémico Gerardo Fernández Noroña.
Con Chedraui como candidato, recuperar la capital con un triunfo holgado y lejos de una impugnación, Morena se habrá sacado la espina de la derrota de más de 20 puntos que obtuvo con una mala candidata que terminó en ocurrencia en 2021.
Los eventuales triunfos del PAN o de Morena entraña símbolos para cada una de sus causas. La batalla será el principio o el fin para quienes la libran de aquí al domingo.
@FerMaldonadoMX