Tlatehui es el nombre

Tlatehui es el nombre
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado

Nadie juega para perder en una competencia, nadie. La derrota entraña enseñanzas, duras lecciones para corregir lo mal hecho, desandar el camino y modificar ruta, estrategia y replantear metas. Solo quienes están resueltos a volver a intentarlo sabrán que para llegar a esa escena, hace falta tiempo, introspección y determinación, fortaleza y equilibrio.

No sucede en estos días entre quienes asumieron con más intención que razón, arrebatar el poder al partido político de mayor crecimiento en México, aliados y Andrés Manuel López Obrador, el activo mas valioso con el que cuenta ese proyecto político.     

Falta aún un largo tramo para poder concluir que algo funcionó mal y, en consecuencia, la necesidad imperiosa de la reinvención. La noche será larga y penosa para las dirigencias de los partidos de oposición sobre los que pasó la maquinaria electoral con Morena en la cabina de controles porque no fueron capaces de anticiparse a la colisión, previsible solo para unos pocos, menos ilusos, pero con datos más precisos y mejores instrumentos de medición del sentimiento general.

En medio de la estruendosa derrota, la dirigencia del único partido con probabilidades de sobrevivencia, Acción Nacional deberá asumir que lo que se hizo estuvo mal; en tierra y aire, que sus dirigentes, incluyendo a Augusta Díaz de Rivera en Puebla, deberá poner en la mesa la dimisión para dar paso a quien haya conservado fortalezas incontrovertibles y medibles.

Si un plazo perentorio habría que poner, terminado el cómputo distrital para decidir por un perfil con habilidades probadas y suficiente estatura política para liderar a una organización que tiene que levantarse de las cenizas ante la demanda creciente de un contrapeso solvente y dignidad política frente a la arrogancia del ganador que aún vive la borrachera del triunfo.

Tal vez no tengan que buscar mucho para encontrar ese liderazgo político en momentos de penuria. Solo hace falta asumir que el fracaso fue escandaloso y que una dosis de humildad abriría la oportunidad a perfiles nuevos que no hayan salido de los grupos que en el PAN preexisten en uno y otro rincón.

El presidente municipal de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui Percino es uno de esos activos que ha probado eficacia política y resiliencia. Fue el único panista en derrotar a esa maquinaria generadora de votos de color guinda para mantener una plaza que de suyo, pertenece a ese partido político.

Impedir que Morena se perpetuara con otro trienio con Víctor Galeazzi no es un asunto menor. Del concierto de municipios por los que el panismo peleó, San Andrés Cholula resalta por su importancia política, por la larga tradición de gobiernos panistas y porque Tlatehui fue capaz de operar la postulación de quien será la futura edil, Lupita Cuautle.

El presidente municipal venció a Morena con una candidatura consecuente con el sentimiento cholulteca, el de los barrios y al mismo tiempo los modernos desarrollos habitacionales, pero ya antes había hecho la hazaña de sortear los diques que la propia dirigencia de su partido colocó para evitar que apareciera en la boleta en el proceso de 2021.

La dirigencia estatal en manos de Genoveva Huerta hizo todo para impedir su llegada a la candidatura, y también la venció para luego resultar electo presidente municipal con una gestión que no ha sido mal calificada por los habitantes de ese lugar.

No hay que hurgar mucho para encontrar el sustituto en la actual dirigencia estatal panista. Nada más falta que procesen el duelo de la derrota porque a juzgar por las reacciones, apenas cruzan por la fase de la negación, luego vendrá la ira y así, hasta procesar que la mayoría no los quiere de vuelta frente al tablero de control en el poder público.

 

@FerMaldonadoMX