Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado
El virtual gobernador electo, Alejandro Armenta deberá hacer frente a uno de los periodos de mayor intensidad en su ascendente carrera política, acaso comparable con el que por momentos padeció en la interna de su partido para convertirse en Coordinador para la Defensa de la Transformación en el estado.
Lo será porque una vez que haya recibido su constancia de mayoría el domingo próximo, terminados los cómputos a los que está obligado el proceso electoral del 2 de junio, deberá comenzar a delinear el equipo de trabajo para el periodo 2024-2030.
El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina puso la línea de tiempo cuando habló de la preparación de la etapa entrega-recepción llegado el momento preciso.
Conocedores ambos del funcionamiento de la administración pública y sus desafíos, el gobernador en funciones y el sucesor a Casa Aguayo, deberán nombrar enlaces para comenzar con la tarea compleja de cambiar de manos el aparato estatal.
Ese será el momento preciso para saber quienes serán los futuros funcionarios de mayor confianza del futuro mandatario para integrar el gabinete con el que iniciará el gobierno sobre el que existen grandes expectativas e interrogantes.
Ya por estos días comienza a ser parte de la comidilla en la clase política y empresarial sobre quienes podrían ser los futuros servidores públicos que se harán cargo de las principales carteras en el gobierno.
Es parte de los ritos que orillan a la especulación, el futurismo y la autopromoción de quienes se sienten con fortalezas y méritos propios para ser tomados en consideración por quien desde ahora encabeza una nueva clase política: el armentismo.
Es ahí en donde descansa la analogía con el periodo turbulento que terminó con el anuncio del 10 de noviembre del año pasado en que se reveló que las encuestas realizadas por la dirigencia nacional de Morena daban como ganador a Armenta, por sobre Ignacio Mier Velazco, el futuro senador.
Algunos de los miembros del equipo político del primo que ejerció cacicazgo en Tecamachalco, de donde es originario, responsables de las peores prácticas de la mala política y campañas de desprestigio, hicieron trabajo en la campaña del ganador de la contienda que terminó con la elección del 2 de junio, por ejemplo.
Fue una estrategia de contraste que lindó en el clasismo, la mentira y la humillación para cumplir con una de las máximas en la pugna por el poder: el mejor competidor es el que no llega a la contienda.
No sólo se quiso inundar el imaginario con la imagen del “legislador más cercano a AMLO” y con aquel cliché barato “ya es Nacho”, sino que se pretendió descarrilar a la mala al entonces presidente de la mesa directiva en el Senado de la República.
Es en esa lógica que se entiende la avalancha de mentiras e infundios en redes, columnas y medios que compraron la versión de que la decisión desde la capital del país había sido tomada en favor de Mier Velazco.
El gobernador electo a partir del próximo domingo deberá valorar hasta donde alcanza el pago de facturas para designar a los personajes que toda la clase política identifica, o decide cortar para dotar de un perfil propio a su futuro gobierno.
No será fácil porque como en noviembre de 2023 habrá quienes comiencen a buscar espacios, lucimiento y reflectores. Es parte de la naturaleza humana la ambición política.
@FerMaldonadoMX