Estado de silencio

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Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado

Las historias sobre las condiciones de hacer periodismo duro y puro en México han estado en el imaginario de dos de los mas influyentes exponentes de la escena y la producción fílmica desde México para el gran escaparate que supone la industria en Estados Unidos y el occidente: Diego Luna y Gel García Bernal.

A través de la productora Canana Films, Luna inició una larga travesía que por estos días se vio coronada con el documental Estado de Silencio, que narra la historia de cuatro periodistas en distintos puntos del país que han tenido que sobrevivir a una condición trashumante en un contexto de narco violencia y disimulo institucional.

En octubre de 2014 el autor de la columna recibió la invitación para teorizar sobre el oficio en una filmación que se realizó en la zona de Container City de San Pedro Cholula, junto a un espléndido foto reportero de origen jalisciense que trabaja para Los Ángeles Times.

La serie denominada Back Home narraba retos y desafíos de creadores de uno y otro lado de la frontera norte, unidos por un conjunto de hilos en común: la mexicanidad que va del arte culinario, la educación, los desafíos periodísticos y … El Tequila.

El proyecto era de suyo ambicioso porque financiaba viaje, hospedaje, traslados y alimentación de periodistas y creadores de uno y otro lado de México y la unión americana para contar en capítulos unitarios las dos versiones de una vecindad tan compleja como la de dos naciones unidas por una sola frontera.

A vuelo de memoria, recuerdo haber visto en ese capítulo que incluyó entrevistas a protagonistas tan diversos como periodistas de la agencia Cuartoscuro o nuestra querida Doña Mago, fallecida en octubre de 2017 y fundadora del estanquillo de periódicos y revistas que se encuentran en la histórica esquina de Juan de Palafox y Mendoza y la 2 Poniente, en el corazón de la capital.

El largo recorrido iniciado por los protagonistas de Amores Perros (Alejandro González Iñárritu, 2000) llegó al Festival Internacional de Cine de Tribeca en Nueva York con la producción State of Silence “sobre esa línea narrativa, el oficio periodístico mexicano también es retratado en el filme (…) que se enfoca concretamente en el silenciamiento y los asesinatos a profesionales del sector por informar sobre corrupción y violencia del país”.

La producción de ambos personajes llega en un momento crucial para el trabajo de los informadores en México y el sur continente. Y será motivo de debate por al menos dos ángulos que no serán del todo cómodos a los grupos de poder.

La periodista Peniley Ramírez escribió este sábado en la página editorial del Diario Reforma que los productores del documental debieron recurrir a un financiamiento de la Fundación Ford y Luminate, lo que podría hacer suponer se trata de un intento de inmiscuirse en asuntos domésticos desde el exterior.

El otro tiene que ver la transición política que se vive en nuestro país y nueve entidades de la República como Puebla y el reacomodo de cárteles que operan en más del 80 por ciento del territorio nacional, un fenómeno endógeno sobre el que el buen periodismo ha dado muestras de vigor informativo, mas allá de las celebraciones pomposas de cada 7 de junio, Día de la libertad de expresión.