El décimo mandamiento

El décimo mandamiento
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado

La Iglesia Católica de Puebla emitió a la media noche del lunes la condena mas severa a la política pública que el Congreso del Estado tuteló con la despenalización del aborto hasta antes de las 12 semanas y con ello invadió un ámbito que le es ajeno: el terrenal.

Puebla está de luto por tanta sangre de inocentes derramada. !Que Dios nos perdone!, dice el primer párrafo, y con ello, guarda una extraordinaria sincronía con la narrativa que el ala dura del Partido Acción Nacional ha utilizado desde los días previos a la discusión legislativa.

La interpretación del texto no admite ninguna duda porque reniega del Estado Mexicano. La dureza del argumento llama a la ilegalidad en nombre del “Salvador” cuando argumenta que “sabemos que la Iglesia tiene una misión recibida por el Salvador y esta no depende de normas humanas”.

Si una conclusión existe del engaño ofrecido como un aserto, se pasa por alto uno de los mas emblemáticos preceptos establecidos en los diez mandamientos, según la creencia católica: no darás falso testimonio.      

No es la primera vez que los hombres de sotana se abrogan el derecho de imponer creencias y dogmas por encima del derecho de mujeres y la potestad del uso y disfrute de su cuerpo. Si de quienes practican con desmesura la religiosidad, las mujeres estarían para parir y criar hijos, nada mas.  De ello ha habido muestras recurrentes ante la mirada timorata de autoridades constitucionales.    

Hace tres años que el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa protagonizó una manifestación pública, como sucedió en no pocas capitales del país luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que las entidades debían legislar sobre un asunto de urgente atención de salud pública.

Fue una caravana callejera que partió del Parque Juárez, en un gesto de abierta provocación pues históricamente se le ha atribuido al indígena de Guelatao la autoría como presidente de México de la separación Iglesia-Estado y de haber propiciado el ingreso de otras creencias religiosas ante el monopolio del catolicismo.

Ya de por si la figura del arzobispo en una manifestación callejera por un asunto doméstico y terrenal debía haber sido motivo de extrañamiento en su calidad de jefe de una institución dogmática que vela por los asuntos del espíritu, pero ya se sabe que el conservadurismo de la clase política llega al extremo de voltear una mirada ante la falta de cumplimiento de la ley que restringe las tareas sacerdotales a atender asuntos espirituales.

La protesta que encabezó el arzobispo hace un trienio y el comunicado de la media noche del lunes constituyen el mas abierto desafío público de una institución religiosa que con frecuencia lleva sus postulados al límite de la falta administrativa.

Las posturas de la fe religiosa en Puebla, que no son ajenas a las que abraza en todo el país, es cuestionable por diversas razones. Desprecia desde el interior el derecho a la mujer por el libre albedrío, como está consagrado en la Constitución Política, la norma superior.

Paradójicamente adolece de autoridad moral, pues se trata de una monolítica y misógina institución en la que la presencia masculina es monopólica, sin admisión alguna de alegatos en favor de las mujeres desde los orígenes de ese culto.

La Iglesia Católica, se puede concluir, echará a andar toda la maquinaria para contrastar la determinación de la mayoría legislativa que en la histórica sesión del lunes 15 decidió por evitar la criminalización de la mujer que decida sobre su cuerpo.

Pastorales  de la fe, la familia y de los jóvenes van a intentar controvertir la decisión constitucional de las y los diputados. Podrán decir misa, pero los conservadores fueron derrotados.

 

@FerMaldonadoMX