Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Justo antes del arranque del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, en un Congreso Nacional, el 22 de septiembre, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) renovará su dirigencia.
La definición se dará con base en encuestas, aunque puede que ni siquiera haya necesidad de llegar a ese proceso, pues por aclamación virtual, sin ningún otro aspirante que se inscriba para encabezar el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), la próxima presidenta será Luisa María Alcalde Luján, la actual secretaria de Gobernación.
De ese modo, Claudia cumplirá su ofrecimiento y petición, de que el partido esté separado de la administración pública federal, sin duda.
Pero la necesaria y sana separación, no quiere decir que su voz no estará presente.
Al ser Luisa María la próxima presidenta del CEN será un grupo distinto al de Sheinbaum el que tomará la dirección partidista.
Por ello, la próxima Presidenta de la República requiere de alguien de su entera confianza y lealtad, para representarla en el partido y que, precisamente, ella se dé el lujo de permanecer alejada, al menos directamente de las decisiones partidistas, a la vez que no permita que el partido tenga injerencia en las acciones del gobierno.
De ahí que, con mucha fuerza, esté sonando el nombre de Esthela Damián Peralta, como la posibilidad de ser la próxima secretaria General de Morena. Incluso, hay quienes ya dan por hecho de que así será.
También, en los comentarios de los grupos con información de Morena ha trascendido que otra posibilidad para ese cargo, si es que se requiere cumplir a cabalidad la paridad de género: Jesús Ramírez Cuevas, el titular de comunicación de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Los dos son posiciones de la misma Claudia Sheinbaum quien, eso sí, al consentir y hasta impulsar la llegada de Luisa María Alcalde, cede conscientemente poder a otros grupos políticos morenistas, en un ánimo de democracia interna y de inclusión. Porque también podría poner a quien ella quisiera, pero es notorio y notable que esté, efectivamente, buscando que el partido se separe del gobierno.
De la guerrerense EsthelaDamián hay que decir que es una de las operadoras más eficientes, cercanas y queridas de la próxima presidenta. Ha sido diputada a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, diputada federal y diputada constituyente de la Ciudad de México y en el gobierno en la capital del país fue directora del DIF.
También fungió como su secretaria particular de la doctora y en la campaña desempeñó un papel fundamental de coordinación en tierra. No era raro verla en cada acto, en cada ciudad y comunidad, siempre supervisando los tiempos, los oradores y las condiciones de cada acto.
Muchos medios la consideran como “la mujer de izquierdas más cercana” a Sheinbaum.
En el movimiento, se sabe que si algo se quiere decir, tratar o acordar con la presidenta electa, es con Esthela con quien se tiene que hablar.
La otra carta que está sobre la mesa para la Secretaría General del CEN de Morena es Jesús Ramírez Cuevas, actual coordinador General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República. Actualmente es diputado federal plurinominal electo.
Su trabajo, al lado del presidente de la República tiene mucho reconocimiento en el movimiento, además de que, de facto, fue asesor de muchas de las campañas del pasado proceso. Su voz pesa, se valora y se atiende.
La decisión se tomará en unos días más.
Las dos son posibilidades que, nos dicen fuentes certeras, están en el escritorio de Sheinbaum para la Secretaría General del partido.
Y es que distancia de Morena no quiere decir cerrar los ojos y entregar todo el control.