Adán Augusto, un recalcitrante machista en tiempo de mujeres

Adán Augusto, un recalcitrante machista en tiempo de mujeres
Alvaro Ramírez
Adán Augusto López Hernández Piso 17

Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco

El recalcitrante machista Adán Augusto López Hernández ha comenzado a ser una piedra de tropiezo en el Senado, que entorpece el ritmo que requiere el actual Gobierno de México.

Se esperaba que, por su experiencia, el coordinador de los senadores del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) aportara al flujo de las iniciativas que requiere lo que han llamado el Segundo Piso de la Cuarta Transformación y que, de manera muy especial, le interesan e importan a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Adán Augusto ha mostrado, en apenas cuatro meses que van de la actual legislatura, que es incapaz de construir acuerdos, y mucho menos podría conseguir unidad, lo que siempre es una meta, en algunas votaciones y casos específicos, que coronan una buena gestión como coordinador legislativo.

Además de esa manifiesta incapacidad, el ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Tabasco, ha cruzado las delicadas líneas de la cordialidad con la oposición, con lamentables episodios, como casi liarse a golpes con algunos de sus pares panistas.

Pero no solamente ha ocurrido eso, sino que Adán, a quien se acusó de utilizar recursos públicos para lucirse con su supuesta novia, también está poniendo a prueba la paciencia de otros integrantes de su propio partido, al grado de que en Palacio Nacional se han encendido las alertas sobre el comportamiento del tabasqueño.

El ex “hermano” de AMLO mal lo deja en esa alusión, porque últimamente ha reñido en público con el actual gobernador de su entidad, Javier May Rodríguez, por pendientes que dejó en su propia administración y porque se trata de grupos distintos, de por sí, localmente enfrentados.

Luego, hay que sumar el tema que está hoy en la prioridad de la agenda informativa, sobre su acusación de un presunto desfalco de 140 millones de pesos, que atribuye a contratos simulados, y de los que ha responsabilizado a su antecesor en la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal, quien es coordinador de los diputados federales de Morena y, además, presidente también de la Jucopo en San Lázaro.

Y hay más y peor: a pesar de ser el coordinador de la bancada oficial, Adán nomás no construye ni siquiera acuerdos internos; hay crecientes versiones de que limita la participación de muchos senadores y senadoras, y se concentra solamente en beneficiar y hacer lucir a su grupo cerrado, entre el que se encuentra también el poblano Moisés Ignacio Mier Velazco, que, por cierto, muy poco ha hecho en el puesto de vicecoordinador.

Pero tal vez el más grave yerro de Adán Augusto es su incapacidad de reconocer en la Presidencia de la República, un poder con el que se puede trabajar y avanzar a pasos encantados en eso que han llamado el segundo piso de la Cuarta Transformación.

Lo diré sin eufemismos: a Adán Augusto le ha ganado su recalcitrante machismo y se niega a colaborar con la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, y no sólo eso, sino que hay más. Pareciera que busca entorpecer su gestión desde el Senado de la República.

Adán es una piedra de tropiezo, un macho anquilosado y un político que siempre fue sobrevalorado, pero que en realidad ni es ni da para tanto.

Vaya tiempos que escogió para ser tan machista; definitivamente, nunca ha entendido que es tiempo de mujeres.

 

@Alvaro_Rmz_V