Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Los integrantes de la cúpula de todos los partidos amarraron un lugar en la Lista Nacional al Senado de la República y, con una ruta segura para llegar a la próxima LXVI Legislatura.
Hay tiburones de la política nacional que compartirán, sin embargo, el salón de sesiones del recinto de Insurgentes y Reforma, con personajes de talla muy menor o verdaderos pájaros de cuenta (o las dos).
Pero, al menos en lo que a su leyenda negra se refiere, tanto como a los halagos que también ha merecido en su carrera, llama mucho la atención la posibilidad de que llegue a la Cámara Alta el sonorense Manio Fabio Beltrones Rivera, quien busca un escaño por la vía plurinominal (Lista Nacional), pero también competirá en tierra, en su tierra natal y en la fue gobernador (1991-1997), Sonora, por mayoría relativa.
Hay otros tiburones de la política, al menos en la lista pluri de Morena, como Marcelo Luis Ebrard Casaubon, Adán Augusto López Hernández, José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, pero “Don Beltrone”, como es conocido con enfática referencia a su mito oscuro, cambia toda la ecuación.
Manlio, por supuesto, sigue en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y es la única posibilidad real que tiene ese partido de recuperar algo de dignidad y, sobre todo, la operación que lo eleve nuevamente a ser un instituto requerido para las negociaciones políticas.
Porque también en la Lista Nacional y en posiciones seguras de mayoría relativa van personajes de estatura minúscula e impresentables, como Rafael Alejandro Morena Cárdenas, presidente de ese partido, quien descaradamente se guardó para sí el primer lugar de esa lista.
¿Dejará el PRI la irrelevancia parlamentaria con Manio? Sí y no importa que vaya a tener compañeros de bancada de tan escasa experiencia parlamentaria, casi párvulos, como el poblano Néstor Camarillo Media, oriundo de Quecholac.
Manlio le garantiza al tricolor estatura y habilidad. A pesar de que son capaces de colocar como coordinador de la bancada a otro personaje, el verdadero operador e interlocutor con Claudia Sheinbaum en la Presidencia de la República, será él.
Con él en el Senado, las cosas no serán de terciopelo para el oficialismo, a menos que se lleguen a acuerdos que pueden ser de todo tipo, la imaginación es el límite.
Al fin de cuentas, es política.
¿Hasta dónde serán capaces en la Cuarta Transformación (4T) de ir a hacer la política más ruda y más sucia, sin sentir culpa?
El sonorense también dio una lección de nivel a los ratoncitos priístas que hoy quieren llegar, sin merecimientos, al Senado: se postuló, además de por la vía plurinominal, en el lugar número cinco de la Lista Nacional del tricolor, un sitio que no es tan seguro de arribar a la próxima legislatura, como candidato en primera fórmula por su estado.
Es decir, el pupilo más adelantado del legendario Fernando Gutiérrez Barrios (jóvenes consulten Wikipedia), criado en las cloacas lo mismo que en el Olimpo del poder, no tuvo empacho en ir a gastar suela y a pedir el voto.
Una contienda en la que el ex presidente del PRI, el dos veces presidente de San Lázaro, el dos veces senador y una vez gobernador depende sólo de sí y no espera que nadie lo arrastre o lo empuje.
A ver si otros aprenden.
Una anécdota
Cuando entre 2004 y 2005, los reporteros novatos que cubríamos las actividades del Palacio Legislativo de San Lázaro notamos que Manlio Fabio -entonces presidente de la Mesa Directiva- jamás tenía una arruga o una mancha en sus impecables y muy caros trajes oscuros, sin importar lo largo de las jornadas camarales, comenzamos a suponer que era realidad una de sus leyendas.
Esa, en particular, contaba que el sonorense, desde la mañana que llegaba a trabajar, llevaba consigo un traje, en gancho y cubierto, igual al que traía puesto, de modo tal que, si se llegaba a manchar o a arrugar, simplemente iba a su oficina y se cambiaba.
Un dato, para entender cómo piensa Don Beltrone.
@Alvaro_Rmz_V