Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Con la percepción de que ganó con suficiencia el debate, la presidenciable Claudia Sheinbaum Pardo se enfila a cruzar el último tercio de la larga campaña de 90 días rumbo a Palacio Nacional, con un ritmo que anuncia que consolidará su ventaja.
A 55 días de la cita con las urnas, las cosas se ven definidas y la brecha que la abanderada de Morena tiene en relación con sus adversarios es inalcanzable.
Veamos: el debate, que alcanzó uno de los intereses más grandes recordados para este tipo de ejercicios, le ha beneficiado más a la puntera, precisamente porque en los datos duros apareció, desde antes, como la candidata a vencer.
Las mediciones demoscópicas dan a Sheinbaum Pardo una ventaja que va de los 23 a los 30 puntos -dependiendo la empresa que la levantó- de diferencia ante su adversaria del PRIANPRD, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.
Desde esta visión, era además previsible que Claudia tendría para el debate ya de sí una ventaja en atención, aprobación y respaldo de los ciudadanos que, mayoritariamente, también han manifestado que la ven y la prefieren como ganadora de la contienda presidencial.
Aunado a lo anterior, los datos que aparecieron sobre el comportamiento de integrantes de la familia de Gálvez Ruiz, junto con el notable desinfle que ha tenido su imagen “desenfadada”, que al principio llamó la atención, pero que se desgastó muy pronto, tuvieron mengua en su posibilidad de venderse como la “ganadora” del debate que la noche este domingo se celebró en la Ciudad de México.
Encima, la sensación que ofreció de sí misma, desde antes, de agresiva y hasta violenta, nada le abonó a la hidalguense.
Algunos políticos aseguran que los debates se ganan en el después, eso que llaman el “postdebate”, cuando se desata la guerra de declaraciones y proclamas a favor del candidato de preferencia.
Hay spots, planas enteras en los impresos y abundante tinta virtual corre en la Internet, junto con campañas pagadas, para crear la percepción de que él o la ganadora fue Zutana o Fulano.
Por supuesto que la estridencia de las porras, tras el ejercicio, cuentan mucho, pero el “antedebate” también define y a veces pesa más. Esa parte de esta construcción de percepción la tenía ya ganada Sheinbaum.
Claudia ha sido consistente y consecuente en sus recorridos, en sus apariciones mediáticas; es la misma, en cuanto a principios, mensajes y propuestas, que en el momento de la contienda interna del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Eso, le ha ganado la confianza de ciudadanos y ciudadanas.
Está también la referencia numérica del “antedebate” que dejó constancia de la ventaja, también en la percepción previa, de que ella ganaría.
Distinto de otros ejercicios de esta naturaleza, el de este domingo levantó muchas expectativas, más allá del llamado círculo rojo, que es el más informado.
De acuerdo con la empresa Nanosphera, “de acuerdo con datos recopilados del 01 al 06 de abril de 2024, el tema del debate presidencial ha generado un notable impacto en las redes sociales, alcanzando a 9.9 millones de personas a través de 187 mil publicaciones realizadas por 62.8 mil usuarios”.
El debate tuvo, efectivamente, también un escenario de calentamiento -por llamarle de alguna manera-, para el tema de las preferencias e incluso, para el debate sobre quiénes tenían que ser los moderadores.
También describió Nanosphera, sobre el tema en la discusión digital, previo al encuentro de las candidatas y el candidato: “en lo que respecta a la preferencia analizada entre más de 5 mil 800 usuarios de la red social X, que nos aseguramos que sean potenciales votantes, Claudia Sheinbaum llega con una preferencia de 59 por ciento; Xóchitl Gálvez de 36 por ciento y Jorge Álvarez Máynez de 5 cinco por ciento”.
Visto así, el post y el pre debates fueron importantes y, con base en los análisis numéricos, los dos tuvieron a la misma ganadora: Claudia Sheinbaum Pardo.
@Alvaro_Rmz_V