Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco
Con un crecimiento constante en las mediciones, que la colocan más de 22 puntos por encima de la candidata de la oposición, quien registra a su vez una caída lenta pero sin pausas, la morenista Claudia Sheinbaum Pardo regresará, tentativamente, hasta la segunda semana de febrero a Puebla, como parte de las giras que ha programado para el periodo de intercampaña, con las restricciones que impone la ley, como no pedir el voto y no hacer propuestas específicas, además de que todos los actos serán privados.
Nadie duda que Sheinbaum llegará a Palacio Nacional, a pesar de aquel lugar común de que “todo puede pasar” en la campaña, una campaña que, por cierto, comenzó hace ya muchos meses, desde el verano del año pasado y que en ninguna trinchera ha disminuido en su intensidad.
Ya convertida en candidata, desde la semana pasada, Sheinbaum no reducirá la intensidad de sus giras, aunque deberá cuidar las formas, para evitar sanciones, pues de acuerdo con el calendario del Instituto Nacional Electoral (INE), la campaña por la Presidencia de la República comenzará hasta el 1 de marzo.
Corren versiones falsas de que esta semana que comenzó, la ex jefa de Gobierno estará en Puebla, pero eso no ocurrirá sino hasta la segunda semana de febrero, si se logra concretar la gira en la que también se espera que visite Tlaxcala.
La gira oficial de esta semana contempla el martes 30 de enero una reunión en la Cámara de Diputados, en la Ciudad de México, para encontrarse con los legisladores del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Al día siguiente, también estará en un encuentro con la estructura en la Ciudad de México, en el Hotel Hilton y de ahí partirá a un acto en el Estado de México.
El 1 de febrero, la presidenciable abre el mes con visitas a Zacatecas y Aguascalientes, las dos el mismo día.
El 2 de febrero estará en San Luis Potosí y desde ahí llegará a Guanajuato; el 3 de febrero visitará Morelia, Michoacán, y el mismo día llegará a Guadalajara, Jalisco.
La semana la cerrará el domingo 4 de febrero en Nayarit y Colima. Todas las reuniones tienen características privadas, asisten integrantes de la estructura partidista y se prevén también encuentros con representantes de los medios de comunicación.
Esta estrategia, al filo del cumplimiento de las normas y los calendarios electorales, han funcionado muy bien a Sheinbaum y su equipo y se ha reflejado en los números que siguen subiendo, en las encuestas que han publicado varios medios, con detalles sobre sus metodologías.
Por citar algunas: a principios de enero, el diario “El Financiero” dio a conocer su medición nacional, en la que la morenista saca 22 puntos a la candidata de Acción Nacional y los partidos aliados.
En tanto, “El Economista” y la empresa Mitofsky publicaron el 21 de enero su “Encuesta Nacional Tendencias Electorales Rumbo al 2024”, en la que Sheinbaum envió al sótano a la abanderada de la oposición, con 28.7 puntos de diferencia.
También, de acuerdo con la medición de CE Research del 24 de enero, ya al cierre de la precampaña, dio como resultado que, “independientemente de por quién votará, 6 de cada 10 mexicanos consideran que Claudia Sheinbaum ganará la elección, mientras que 7 de cada decena de entrevistados considera que la aspirante de Morena fue quien mejor supo utilizar los tiempos de pre campaña”.
La tendencia ascendente de Sheinbaum se puede encontrar desde el proceso interno de Morena y se incrementó por las evidentes debilidades mediáticas y de imagen de la abanderada de la coalición “Fuerza y Corazón por México” (PRI, PAN y PRD), Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.
De verdad ¿todo puede pasar? Efectivamente, yo tampoco lo creo.
@Alvaro_Rmz_V
