Lo que le dicen al Lord Camote…
Que se entiende que de buenas intenciones esté poblado el discurso político en Puebla para no sacar raja del traslado de la Jirafa “Benito” a Puebla.
Llamar a no hacer política partidista a partir de la tragedia que vivió un animal indefenso es de gente de bien y decente.
Pero lo que no se puede ignorar es que la gobernadora panista de Chihuahua tiene como subalternos a un conjunto de personas ineficaces, insensibles y sin preparación que hacen ver mal a esa gestión y eso no es politiquería, sino diagnóstico preciso que no busca ganar votos
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Oigan, y a todo esto ¿y el Partido Verde?
Y es que ni en Puebla ni en Chihuahua esa franquicia electoral tuvo un solo momento para condenar la torpeza de un gobierno torpe como el de Chihuahua ni para ensalzar el trabajo firme y decidido del colectivo Salvemos a Benito.
¿Será acaso que ese partido está mas ocupado en la rebatinga por las candidaturas que el partido Morena concederá como premio de consolación? ¿O será que en esta ocasión, como en otras anteriores, la sociedad organizada demostró mejor capacidad de gestión y auténtico compromiso con el medio ambiente y la fauna?
Nadie sabe, nadie supo.
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La diputada independiente Silvia Tanús Osorio tuvo que abandonar la sesión de plenos en la Cámara de diputados, el presidente de la Cámara, Lalo Castillo auxilio en el traslado a la legisladora. Bien por el por ese gesto solidario.
Por el bien de la persona inteligente y congruente, y por el nivel del debate público al que ha contribuido, que Doña Silvia se restablezca pronto.
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Dime de qué presumes y te diré de qué careces…
Aplica en el caso del diputado federal Ignacio Mier Velazco, aspirante derrotado en la carrera por la Coordinación de Defensa de la Transformación.
Cuentan que en el cónclave que encabezaron el gobernador Sergio Salomón y el senador Alejandro Armenta en un restaurante de la plaza comercial Solesta, un arrogante Mier llegó a presumir haber sido el único en salir a la defensa del presidente López Obrador, como si Monreal, Salomón y Armenta fueran chamaquitos que se estrenan en la jerga política.
¡Qué oso!
