Al descubierto modus operandi de la aseguradora; se lavan las manos por hechos en la Amozoc-Perote
Un accidente ocurrido en territorio poblano habría puesto al descubierto la forma en la que opera la aseguradora Quálitas para deslindarse de responsabilidades en siniestros carreteros y viales.
La empresa volvió a ponerse en el ojo del huracán luego de intentar evadir responsabilidades por un accidente ocurrido en la autopista que conecta a los estados de Veracruz, Puebla y Tlaxcala.
El pasado martes, la camioneta de un particular dedicado a la elaboración de muebles, sufrió un accidente en la autopista Amozoc-Perote antes de legar a la caseta de Cantona, momento desde el cual la aseguradora ha hecho vivir un viacrucis al usuario que fue abandonado a su suerte en medio del incidente.
Sin hacerse responsables del hecho, con argumentos falaces, excusas y mala atención, el propietario de una póliza que supuestamente garantizaba su vehículo fue abandonado a su suerte.
El usuario denunció haber recibido solo evasivas y tecnicismos para evitar cumplir con el servicio que ofrecen, con la intención de librarse de la cobertura de daños a terceros y el siniestro.
El argumento de Quálitas fue, en un primer instante, falta de pago de la poliza lo que fue falso. Luego un supuesto cambio de uso del vehículo, lo que también resultó falso, además de que en oficinas ofrecieron evasivas para otorgar la carta de rechazo para proceder de forma legal, bajo el argumento de que se daría “yo te aviso cuando”.
En redes sociales, hubo solidaridad tras el incidente y amplias muestras de repudio a lo que pareciera ser un “modus operandi” de esta aseguradora.
ACÁ LA NARRACIÓN DEL DENUNCIANTE
El pasado martes, el equipo de distribución de mi empresa, Mueblecito, sufrió un accidente en la autopista de Perote a Puebla. Al parecer, el conductor se quedó dormido, lo que provocó que el vehículo se saliera de la carretera, dañando una barra de contención de metal y volteando la camioneta. Al recibir la noticia, confié en la cobertura de Quálitas, el seguro que he pagado puntualmente durante más de tres años.
Inmediatamente, contacté a la aseguradora esperando el apoyo rápido de un ajustador, pero este tardó demasiado en llegar, mientras tanto, teníamos personas lesionadas en el lugar. La ambulancia llegó más tarde y se encargó de trasladar a los heridos, pero la situación se complicó aún más cuando, al fin, apareció el ajustador de Quálitas.
El proceso se tornó frustrante y lleno de excusas. Primero, el ajustador argumentó que mi póliza no estaba pagada, lo cual era incorrecto, ya que el banco confirmó el pago. Posteriormente, se negó a cubrir el siniestro bajo el pretexto de que el vehículo tenía rotulado el logotipo de mi empresa, alegando que esto cambiaba el uso de la camioneta de particular a comercial. A pesar de que la camioneta, las placas y la tarjeta de circulación son de uso particular, el ajustador insistió en no proceder con la cobertura.
El resultado fue desolador: Quálitas nos dejó en la carretera con la responsabilidad de cubrir los daños a la autopista y la pérdida total del vehículo. Estuvimos más de siete horas gestionando el problema, pagando de nuestro bolsillo tanto los daños a la infraestructura como los gastos médicos de los heridos. A pesar de acudir directamente a las oficinas de Quálitas, la respuesta siguió siendo la misma: evasivas y tecnicismos para evitar cumplir con el servicio que ofrecen.
Esto demuestra las malas prácticas de Quálitas, quienes se aprovechan de detalles técnicos para evitar cumplir con la póliza que, paradójicamente, sí cobran puntualmente. En mi caso, lo único que busco es que la aseguradora se haga responsable por lo que estoy pagando: la cobertura de daños a terceros y el siniestro, al menos en términos de responsabilidad civil.