A los Tacos Roger, ubicados en la colonia La Paz, llegan todo tipo de comensales
No existe poblano o poblana que se precie que se haya resistido al antojo de pasar por uno de adobo, milanesa, pata, chile poblano o chipotle, guisos envueltos en dos tortillas de maíz, acompañados de frijoles, arroz, chiles en sus distintas variantes que salen de la canasta envuelta en papel de estraza todos los días y por cientos.
Se trata de los Tacos Roger, un pequeño local ubicado en los alrededores de la colonia La Paz, hasta donde todos los días es posible ver a todo tipo de comensales.
Ahí en las pequeñas mesas dispuestas en la vía pública bajo un tendido para evitar la caída de los rayos del sol, trabajadores de las oficinas o locales comerciales; o también a los más encumbrados empresarios e integrantes de la clase política se dan cita para degustar de alguna de las piezas envueltas en ese característico papel, acompañado de agua o refresco embotellado.
En autos de alta gama, camioneta con chofer al volante y hasta guaruras, o andando, todos llegan al local que mitigar feroces apetitos, o simplemente para sucumbir al gusto culposo de probar los tacos apreciados por paladares de toda condición social. Ir a comer a Tacos Roger podría ser uno de los actos más democráticos en la capital del estado.
El propietario del local, Rogelio Lara García, que ha estado ahí durante los últimos 32 años, desde 1992, es uno de los poblanos más universales. Cada vez que se sube a internet algún contenido relacionado con las exquisiteces que ofrece desde ese modesto local, propio ya del paisaje poblano, abundan las muestras de afecto, admiración y nostalgia.
No se puede no conocer este rincón, propio de toda ruta del pecado.