Parabólica.mx escribe Fernando Maldonado
Para cuando el candidato al Senado de la República en Puebla, Ignacio Mier, se vio cara a cara en la Ciudad de México el coordinador de Organización del equipo de Sheinbaum, Ricardo Monreal, y con el coordinador de giras de la campaña presidencial, César Yáñez, ya había sido entregado un documento prolijo con nombres y apellidos de su gente incrustada en la campaña del candidato Alejandro Armenta.
Ese fue el momento clave para entender el fracaso de la intentona de la revuelta del propio Mier en el interior de la coalición que en Puebla puso empeño y compromiso para construir el consenso a la hora de las designaciones de candidaturas en momentos en que más fuerte turbulencia política se había desatado en el partido oficial y sus candidatos.
Ese tropiezo fue materializado en el par de fotografías que publicó en sus redes el abanderado a la gubernatura la noche de Puebla la noche misma del encuentro en el que se observan al propio candidato, Nacho Mier, César Yáñez y hasta Monreal Ávila.
El expediente daba cuenta de las personas que fueron designadas en áreas estratégicas en la campaña que está por comenzar en el territorio y que formaron parte de la estructura del autodenominado “morenacho”. Nombre, apellidos y encomiendas… Y porque como dictan usos y costumbres en la jerga política, el cariño y los acuerdos se reconocen en la nómina: emolumentos.
El documento al que el columnista tuvo acceso la noche misma del jueves contemplaba asesores, enlaces y coordinadores en cada uno de los distritos... Y hasta algunos candidatos, salvo uno que no figuraba: el de la hija Daniela Mier a quien el padre quería como candidata a una diputación por la vía plurinominal.
Ahí estaban los nombres de Fernando Manzanilla Prieto, en calidad de “asesor especial” y Francisco Ramos Montaño y un largo etcétera para completar unas 30 posiciones incrustada en la estrategia de campaña del candidato de la coalición Seguimos Haciendo Historia que este sábado quedó acreditado ante el Instituto Estatal Electoral.
Todos los damnificados que quedaron luego de que la decisión de las dirigencias nacionales de Morena-PT-Verde apuntaron a la persona del senador Armenta el viernes 10 de noviembre del año pasado que terminó con la aspiración del coordinador de los legisladores de Morena en San Lázaro.
El registro puntual de los nombramientos ante los dos líderes que forman parte de la cúpula del Movimiento de Regeneración Nacional era preciso para desmontar la estrategia de rebelión interna de Mier Velazco alentada desde Ajalpan el miércoles 6 bajo el argumento de las imposiciones e injusticias.
Lectura de la falsa rebeldía por imposiciones y justicia de mitad de la semana previa que no apareció el bombero Adán Augusto López Hernández, alter ego de Ignacio Mier; segunda, el chantaje disfrazo de insurgencia del propio abanderado al Senado no fue ajena a la cúpula de la coalición que encabeza Morena.
La otras es que el falso redentor quedó exhibido como esos “vulgares ambiciosos” que van por cargos, no por causas como lo dicta en contrario el evangelio de Andrés Manuel López Obrador; y finalmente, la debilidad política del generoso padre que pretendió forzar una candidatura para su hija -cuando ya se le había concedido a su hijo Mier Bañuelos la candidatura a diputado federal por Serdán-, quedó debilitado y herido. Mal presagio para quien deberá pedir votos y confianza al electorado en los 80 días.
@FerMaldonadoMX
