El campeón de box llama a juventud poblana a perseguirle sueño y alejarse de las drogas
“Si no cumple me lo chingo” dijo a un nutrido grupo de seguidores el campeón indiscutido del boxeo mexicano, Julio César Chávez cuando explicó las razones por las que apoya al candidato al gobierno del estado, Alejandro Armenta. Todos explotaron en risas y aplausos, mientras el candidato expresaba una sonrisa contenida, a su lado, con
si inseparable Tomy, un labrador adulto gozoso que va por todos los rincones de la campaña.
Fue en la populosa Unidad Habitacional La Margarita en la capital poblana cuando JC Chávez encabezó una activación física masiva con cientos de niñas y niños de todas las edades, acompañados de entrenadores y padres de familia que ven en el pugilismo una suerte de religión a la mexicana.
Recordó el también cronista deportivo lo que antes había referido ante medios en una conferencia de prensa matutina: Armenta está comprometido con el deporte, pero además, a sacar a la niñez de las calles y de las drogas, lo que dice lo cumple, !y si no cumple me lo chingo¡
Fue el centro de atención el campeón mundial de los pesos súper pluma y súper ligero en una plaza deportiva llena de polvo y envuelta en una temperatura promedio de 27 grados que no desanimó a unos 2 mil asistentes, entre quienes destacó Antonio Rico, presidente de la Asociación Poblana de Box; el magistrado Martín Fuentes; el ex funcionario morenovallista Carlos Blanco o Leobardo Soto, hijo del dirigente de la CTM.
A todos, Julio César Chávez retó a aguantar 1 minuto de rectos y ganchos ininterrumpido, habitual en la preparación física de todo peleador. “Con todo respeto, al que no aguante que chingue a su madre” dijo entre risas Chávez con un micrófono de diadema colocado previamente.
Terminó el ensayo y cuando cerró los últimos 10 segundos muchos de los integrantes de la clase política ya se habían rendido, jadeantes todos y sudorosos. Chávez y los jóvenes que se congregaron ilusionados con manos vendadas y guantes de box colgados a los hombros estallaron en carcajadas.
Fue un combate ganado por los deportistas nóveles guiados por ese personaje culichi, que no tiene ningún empacho en decir palabrotas y ganarse al pueblo a punta de golpes y empatía legítima.
Ahí llegó la presidenta de Morena, Olga Lucía Romero Garci-Crespo con sus guantes guindas; un Jimmy Natale que estrenó guantes Cleto Reyes de un elegante color aperlado, comprados para la ocasión en la tienda de Liverpool; Nora Merino y otros tantos que ilusionados, esperaron la foto y firma en los guantes.
Todos ahí querían tener algo de la leyenda viviente del deporte mundial que se ha empeñado en mantenerse sobrio, libre de sustancias durante 15 años y en rehabilitar a jóvenes que caen en las adicciones.
Un joven entrenador le preguntó al César del Boxeo que llegó a tener 107 triunfos consecutivos qué mensaje podría dejar a las promesas congregadas en La Margarita:
“Persigan su sueño, sueñen, los sueños se cumplen, yo tuve un sueño y lo alcancé”.
La dinámica terminó con el aglomeramiento de la multitud para obtener una selfie, una firma o, simplemente tocamiento al campeón que como guía espiritual pregona por todos lados el gusto por el deporte y la prevención de los jóvenes ante el riesgo de las drogas.
La misa de esa extraña religión mexicana que cientos de miles de mexicanos abrazan a fuerza de golpes y narices rotas, había terminado.