Dirigencias enfrentan polémicas y reclamos tras el fracaso electoral
Las dirigencias del Partido Acción Nacional que encabeza Augusta Díaz de Rivera y la del Partido Revolucionario Institucional que encabeza Néstor Camarillo Medina, vivieron un fin de semana negro y polémico.
Por una parte, el Partido Acción Nacional en Puebla parece alargar su crisis luego de un fin de semana negro, con una polémica carta de las dirigencias estatales en apoyo a su líder nacional de Marko Cortés, con un criticado cónclave en el que dominaron las ausencias y un “cambio de rumbo” en las aspiraciones de su ex candidato a la gubernatura, Eduardo Rivera.
El sábado pasado, se desarrolló la reunión convocada por el ala riverista del PAN estatal con consejeros estatales del PAN, encabezada por Adán Domínguez.
Ahí se expusieron resultados de las gestiones panistas en la entidad y los asistentes pudieron hablar del futuro del albiazul, aunque en redes sociales quedaron exhibidas notables ausencias de ex candidatos y quienes aún se encuentran en funciones.
En este evento, primero por medio de los asistentes y luego de viva voz, Eduardo Rivera dio a conocer un “cambio de rumbo” en sus aspiraciones partidistas, ya que se había dicho que buscaría ser dirigente estatal del PAN, pero cambió la jugada cuando acepto que buscará contender por la dirigencia nacional.
Ya el domingo, las dirigencias estatales del Partido Acción Nacional, incluyendo la de Puebla al mando de Augusta Díaz de Rivera, siguien repartiendo culpas por la estrepitosa derrota electoral el pasado 2 de unió.
“Los resultados de este proceso electoral se debieron a diversos factores, principalmente porque fue una elección de Estado, una elección absolutamente inequitativa con la permanente intervención del gobierno y en algunas regiones, del crimen organizado”, acusaron en el mismo tenor de la campaña presidencial.
Las y los dirigentes aseguraron estar y seguir unidos a la dirigencia nacional que encabeza Marko Cortes para enfrentar de la mejor forma posible la realidad de nuestro país.
“En nuestro Consejo Nacional quedó claro que no nos vamos a dividir ni por presiones de afuera ni de adentro del partido, teniendo claro que esta no es lucha de un día, sino brega de eternidad. Que seguiremos trabajando por el bien del PAN y de México, porque hoy más que nunca el país llama a la unidad del principal partido de oposición, que es Acción Nacional”.
Por otro lado, el Partido Revolucionario Institucional, vivió un fin de semana negro, entre el albazo de Alejandro Moreno Cárdenas para hacerse permanentemente de la dirigencia nacional y las quejas de las bases a esta decisión, entre el silencio y complicidad de la dirigencia estatal que encabezan Néstor Camarillo y Delfina Pozos.
El pasado 5 de julio un grupo de connotados priistas poblanos como Jaime Alcántara Silva, Rocío García Olmedo, Víctor Manuel Giorgana Jiménez y Pablo Fernández del Campo, entre otros, enviaron un documento al líder nacional conminándolo a que, ante el caso de ser postulado para reelegirse, no acepte la reelección, pues hay argumentos contundentes para ello.
“Retírese con la dignidad que otorga haber cumplido un período lleno de logros y errores, aciertos y desaciertos, como todos aquellos que han dirigido nuestra Organización. Apelamos a su priísmo y militancia, confiando en que sabrá que no debe prolongar más su permanencia en la Presidencia del Partido”
Los priistas, entre quienes destacan ex dirigentes del partido a nivel estatal y local, además de con experiencia en cargos públicos, expusieron que el origen ideológico y conceptual del Partido es el sufragio efectivo no reelección: “Este principio, que costó más de un millón de vidas de nuestros antepasados, debiera ser suficiente para la reflexión”.
Sin embargo, ayer mismo, la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional aprobó las modificaciones al artículo 178 de los Estatutos del tricolor, con lo cual se permite, entre otros puntos, la reelección de las dirigencias del partido.
Esto ocurrió en su 24 Asamblea Nacional, que se celebró este domingo a puerta cerrada en el World Trade Center, en medio de protestas y reclamos contra el dirigente priista.
Estos cambios permitirán la reelección de la dirigencia nacional y de la secretaría general hasta en tres periodos consecutivos de cuatro años, con lo que se abre la posibilidad de que Alito Moreno se quede hasta 2032 en la dirigencia priista.
También se plantea que la cúpula del partido tenga mayor control sobre los legisladores federales y estatales que militen en el PRI.