Exhibe inicio de año que las movilizaciones, las demandas ciudadanas y la seguridad serán ingredientes esenciales
Un estado de vértigo y nerviosismo, con sazón político-electoral, será lo que el estado de Puebla en este 2024 que apenas arrancará su segunda semana este lunes.
Un platillo muy llamativo para quien gusta de la agenda pública, en medio de las demandas cotidianas sobre seguridad, salud, trabajo y bienestar -entre otros temas-.
Será el domingo 2 de junio cuando los mexicanos acudan a la urnas para elegir a quien será su próxima presidenta, para renovar el Senado de la República y la Cámara de Diputados, además de 9 gubernaturas, incluyendo a Puebla y también el Congreso local.
Los tres aspirantes a la gubernatura, que concluyeron apenas el periodo de la precampaña son, por la cuarta Transformación, integrada por Morena, Partido Verde, Partido del Trabajo, Nueva Aliana y Fuerza por México, el senador Alejandro Armenta. Por el Frente Amplio, integrado por el Partido Acción Nacional, el Revolucionario Institucional y el de la Revolución Democrática, el alcalde Eduardo Rivera y por Movimiento Ciudadano, el diputado Fernando Morales.
El ADN totalmente político de este año, ya fue exhibido durante la jornada de este domingo, en donde el Centro Histórico de la ciudad de Puebla vivió diversas manifestaciones.
Una por los derechos laborales de los trabajadores afiliados a la CTM (Confederación de Trabajadores de México), encabezados por el polémico Leobardo Soto y otra de quienes se afirman como morenistas originarios como David Méndez, Claudia Rivera o Alejandro Carbajal, que pide voltear a ver a los cuadros y perfiles que han emanado del movimiento para las elecciones de mediados de año.
Mientras tanto cada grupo político mueve sus piezas para la alcaldía de la capital en donde parecieran ser José Chedraui y Mario Riestra los más adelantados.
Como ingrediente adicional, será el combate al tema de seguridad que el año pasado tuvo picos de violencia en la zona norte de la ciudad, en las carreteras que van hacia Veracruz y la Ciudad de México y en la región del triángulo rojo en donde se mantiene el combate al robo de combustibles.