El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal
Hace veintinueve años se estrenó una película que no ganó tantos premios, pero marcó a sus actores y al público que hasta la Fecha no duda en calificar a “Seven” como una de las mejores del director David Fincher (con películas tan destacadas como "El club de la Pelea", "Perdida", "La chica del dragón tatuado" o "El Curioso caso de Benjamin Button"), que narra la historia de dos detectives, uno veterano a punto del retiro que interpreta Morgan Freeman y otro joven e impulsivo, Brad Bitt, que investigan los asesinatos que parecen castigar cada uno de los siete pecados capitales. La envidia es parte del clímax de la película cuando John Doe (Kevin Spacey) lleva a los detectives a una zona despoblada donde el joven Mills recibe un paquete que representa ese pecado capital que la Real Academia de la Lengua Española define como: Sentimiento de tristeza o disgusto producidos por no tener algo que otra persona tiene https://www.youtube.com/watch?v=gl0jKfzUan8.
El pasado fin de semana el Puebla de la Franja enfrentó a dos proyectos que hacen sentir envidia: El Atlético San Luis en la rama varonil y las Bravas de Juárez en la femenil; el primero está en la pelea por llegar a la liguilla de forma directa, acabó el torneo invicto como local y ha consolidado un proyecto con una mayor inversión por parte del Atlético de Madrid, misma que se usará en la construcción de instalaciones propias, a la par de seguir mejorando el Estadio “Alfonso Lastras”, mientras que las Bravas finalizaron en quinto lugar de la tabla, clasificadas a la liguilla, superando a Chivas y como el primero de los mortales tras las cuatro potencias (Monterrey, Tigres, América y Pachuca, en ese orden), por lo que se enfrentarán a las Tuzas en cuartos de final, un proyecto donde han llegado jugadoras mexicanas de selección nacional como Jasmine Cazares, otras veteranas que siguen atesorando mucha calidad como Liliana Mercado, Mónica Rodríguez o Karime Abud, así como extranjeras que son de impacto como Dayana Martin y las africanas Julita Singhano (Tanzania) y Prisca Chilufya (Zambia).
Ambos han vivido malos torneos, pero se han levantado y han definido proyectos de crecimiento, San Luis de la mano de viejos conocidos en la Angelópolis como Rodrigo Incera, quien fue director general, Iñigo Regueiro, quien fue director deportivo de la Franja y hasta Severiano García quien fue integrante de Azteca Negocios en su apartado de futbol. Ellos poco a poco han construido a una escuadra que, en su mayoría, ha tenido buen ojo para la llegada de jugadores extranjeros ahora con Sebastian Salles-Lamonge, con Juan Manuel Sanabria o Rodrigo Dourado, ha sido paciente con futbolistas como Mateo Klimowicz o Franck Boli, mientras que ha cuidado a elementos mexicanos como Javier Güemez, Aldo Cruz, Oscar Macías o Ricardo Chávez, han sumado talento a través de veteranos como Julio César “Cata” Domínguez.
De igual manera ha mostrado capacidad para elegir a los técnicos: André Jardiné llegó al futbol mexicano con la etiqueta de campeón olímpico en Tokio 2020 vía San Luis, tras demostrar su capacidad emigró al América, mientras su auxiliar Gustavo Leal se quedó a cargo del proyecto, lo metió a una liguilla y cuando se le cayó el equipo, vino un cambio que tiene ahora al catalán Domenec Torrent Font como su estratega, un hombre de largo recorrido en el futbol, pero reconocido por su labor como auxiliar técnico de Pep Guardiola en el Manchester City y haber iniciado el proyecto del New York City en la MLS; en San Luis Potosí se respira estabilidad, se aspira a crecer y se dan pasos para ello; algo que en Puebla parecía que se podía, pero que tras la salida de los Incera, Regueiro y García se fue evaporando, si bien el buen relevo de Ricardo Carbajal retrasó la debacle con la liguilla del año pasado para dar paso a un año, justo el del octogésimo aniversario, de pesadilla con el peor torneo en la historia desde 1996 cuando iniciaron los campeonatos semestrales y con otro donde se suman catorce puntos, pero donde ya se acumulan diez derrotas en dieciséis juegos.
Pese a la llegada de un buen director técnico como José Manuel de la Torre, su Puebla ha sido incapaz de aprender de las duras lecciones que recibió en el torneo; nuevamente ante San Luis cometió pecados capitales ya que la Franja estaba haciendo un partido serio, sin llegada a la portería contraria, muy alejado el mediocampo de la delantera, con otro partido donde Facundo Waller corrió y corrió sin sentido, pero en el que defensivamente había controlado a los potosinos, que no habían sitiado el área de Miguel Jiménez ya que sus llegadas más peligrosas habían llegado por medio del disparo de media distancia. Sin embargo, ya en el tiempo de reposición un servicio al área alcanzó a ser rozado por un defensor, el arquero y Brayan Angulo dudaron en intervenir, pero al dejar pasar el esférico se marcó un tiro de esquina (cuya forma de defender es una asignatura reprobada en este semestre) y en el rechace Salles Lamonge la puso al ángulo para abrir el marcador en la última jugada del primer tiempo.
Los expertos remarcan la importancia de no recibir goles en la parte final del primer tiempo, antes de irse al descanso, pero tras un primer lapso aceptable el Puebla cometió ese pecado capital y tras pasar por los vestuarios otro cuando a los cuatro minutos permitió que los locales explotaran su banda derecha entre Ricardo Chávez y Mateo Klimowicz quien envió un buscapiés que remató Yan Phillipe de primera intención, el balón pegó en José Rodrigo Pachuca desviando la trayectoria y dejando sin oportunidad a Miguel Jiménez. Si es importante no recibir gol en los instantes finales del primer lapso, tiene la misma importancia no permitir tanto en los primeros minutos de la segunda parte, pero el Puebla en San Luis cometió esos dos pecados capitales y luego careció de respuesta, no tuvo fuerza e imaginación para hacer daño a la portería potosina y hasta se salvó de más goles en contra por las malas decisiones de los atacantes locales, a la par de que en la recta final Torrent aprovechó para dar minutos a alguno de sus canteranos https://x.com/i/status/1852901008327766083.
Hoy San Luis tiene razones para que el púbico poblano sienta envidia: Inversión extranjera que se ha consolidado en su sociedad con el señor Jacobo Payán, dicha sana relación se traduce en el anuncio de hace algunas semanas sobre la inversión para la construcción de las instalaciones del equipo, así como un buen trabajo que tiene al San Luis en la pelea por la liguilla directa, a su equipo sub 23 en tercer lugar de la tabla prácticamente clasificado a su liguilla, posee jugadores propios, ha logrado ignorar el canto de las sirenas cuando equipos poderosos se interesaron en Sanabria, esta campaña dejó ir a Unai Bilbao quien durante varias campañas fungió como líder de la institución, lo que habla de la capacidad que ahora tiene de sostener a sus principales jugadores, el proyecto fue capaz de interesar un hombre como Torrent Font, que no hubiera accedido en caso de dudar sobre ese nivel de seriedad. Los puntos donde todavía falta apretar tuercas son en las categorías sub 19 y sub 17, así como en la rama femenil donde tampoco han logrado armar una escuadra competitiva a tal grado que en el Apertura 2024 finalizó en décimo cuarto lugar con apenas diez puntos, uno más que el Puebla.
En cambio, el Puebla viene de vivir el peor torneo de su historia, de sufrir diez derrotas en el segundo semestre, por lo que estamos hablando de veinticuatro descalabros en 33 partidos, la Franja ha sumado diecinueve puntos de 99 disputados para un porcentaje de 19.19%, esos números se han compilado con Ricardo Carbajal, Fernando Aristeguieta, Andrés Carevic y José Manuel de la Torre por lo que más allá de matices, de errores y aciertos de los estrategas, estas estadísticas revelan un mal trabajo desde la cúpula hasta las fuerzas básicas porque si escarbamos más nos daremos cuenta que la sub 23 ya no depende de sí misma para clasificar a la liguilla, que la sub 19 ocupa el último lugar de la tabla con apenas dos victorias, que la sub 17 es penúltimo lugar sólo por encima del hermano Mazatlán y en la rama femenil se vivió el peor torneo de la historia con apenas nueve puntos, producto de dos victorias, tres empates y doce descalabros, nunca se había sumado un solo dígito en cuanto a puntos, nunca se habían ganado menos de tres juegos como ahora en el Apertura 2024 luego de que se acabó con los cimientos que ya había dejado la anterior dirección deportiva en la rama femenil.
Otras razones para sentir envidia del Atlético San Luis son que esa institución ya inició la construcción de instalaciones propias, mientras que en Puebla es la promesa de todas las directivas, pero particularmente esta lo llegó a presumir, habló de tener listo el proyecto arquitectónico a la espera de la confirmación de la entrega de un terreno que no se ha dado. Ochenta años de vida, ochenta años sin tener instalaciones propias, al principio porque eran tiempos donde no era necesario y luego porque siempre hubo cuestiones puntuales y urgentes que resolver, hasta llegar a la dura actualidad donde los grandes grupos no están interesados en invertir en la franquicia poblana porque hay algunas cartas de jugadores (incluyendo contratos a largo plazo de futbolistas que no han rendido), pero no se cuenta con instalaciones propias y el estadio no es propiedad del club. Sí, hay razones para confesar sentir envidia, considerado como uno de los siete pecados capitales, como lo ilustró la película de David Fincher.
Para colmo de males, esa imagen de los dos equipos el varonil y femenil tratando de esforzarse (porque en general la problemática no se debe a la “falta de ganas”), carece de un hilo conductor; con una versión varonil que al menos esboza una idea de juego en la cancha, algo que no se da con las damas que acumularon la friolera de diecinueve derrotas en este 2024; esa continuidad de descalabros, esos errores repetidos de partido a partido y hasta los escándalos de Facundo Waller y Lucía Yáñez, dan la sensación de una institución a la deriva, con un “Chepo” de la Torre fungiendo como pararrayos por su pasado destacado como jugador, pero sin que nadie de la directiva dé la cara, ya no digamos los verdaderos dueños, sino los empleados con cargos rimbombantes y buenos sueldos que trabajan en Puebla y que no han sido capaces de explicar sus objetivos: Ni Gabriel Saucedo, como director general, ni Albert Espigares como director de fuerzas básicas, con un Ángel Luis Catalina quien como director deportivo es el que al menos ha tratado de dar la cara. En el Puebla nadie explica, nadie trata de decir hacia dónde se va, cuáles son los pasos que se están tomando para salir de la crisis de resultados y cuál es la idea con el femenil (más allá de existir por obligación ante la Federación Mexicana de Futbol); de la Torre Mencha reconoció no haber estado a la altura en cuanto los resultados esperados, habló de la necesidad de planear bien el siguiente torneo para seguir reparando el “socavón” pero no sólo por encima, sino con verdaderos cimientos, mientras que Carlos Adrián Morales subrayó la necesidad de hacer una buena pretemporada (algo más que necesario ya que ni en el apartado físico el Puebla femenil pudo competir con sus rivales), ambos ofrecieron una idea de lo que pretenden para las siguientes semanas, pero tras torneos tan mediocres esas declaraciones pierden sentido.
La afición merece explicaciones, la afición merece saber si hay mecanismos para que su equipo ya no vaya a la deriva como cada semana transmite, la afición merece que más allá de los entrenadores que han fungido como portavoces y pararrayos, haya una figura de autoridad que sea capaz de decir hacia donde va el Puebla de la Franja como institución, que de una vez por todas termine con tantos rumores, que sea íntegro para admitir que el proyecto femenil no interesa o cómo se va a buscar crecer en ese rubro, pero hasta el momento la visión a futuro es otro elemento que envidiar de San Luis. Así como en “Seven”, John Doe envidiaba la vida normal de uno de los detectives, la afición del Puebla puede sentir envidia de la estabilidad y ganas de crecimiento de los potosinos y hasta de las Bravas de Juárez, porque en el mejor momento del Ajusco en la Franja hubo estabilidad, pero no deseos de crecimiento y cuando los que lograron ducha estabilidad se fueron a arrancar un nuevo proyecto, en Puebla ni siquiera hubo espacio para las explicaciones.
@abascal2