Historias de Engatusada escribe Lety Torres
Cuando muere el padre o madre de algún amigo es inevitable pensar en la muerte de los míos.
Regresa ese estado de orfandad que nos deja inmóviles durante días, quizá meses y que después su ausencia cae sobre tu cabeza para siempre.
Con suerte, a veces mueren sin antesala, dejando su cuerpo inerte frente a ti. No te dan tiempo de entender lo que pasa -porque eso hacen los padres incluso cuando mueren-.
Y es que pienso que intentan evitarnos el dolor de su partida. Nos obligan a pasar la página y entrar en el caos de las decisiones.
Y es que a veces se van así sin despedirse, aunque se hayan despedido muchas veces.
En otras muertes, las más tristes pienso yo, entran a un túnel llamado agonía, entonces tu corazón se encuentra bajo arresto y te confunde, y no sabe quién eres y quien es ese que está muriendo; y entiendes que en ese momento eres padre de tus padres.
Ver de cerca su muerte y, su muerte misma, no es más que el precio que pagamos por haber tenido la fortuna de tenerlos.
Hay quienes como tú querido Fer, que te quedas con el mejor de los ejemplos, el amor incondicional a lo único que importa realmente en esta vida, la familia.
No podría asegurarte que tu padre está en un mejor lugar, aunque lo creo, lo que sé es que ahora es libre de la pesadez que deja la agonía.
A partir de ahora empiezan los recuerdos de sus enseñanzas: Imágenes en tu mente que quizá pensaste jamás recordarías y que son regalos de su muerte.
Descanse en Paz Don Fernando Maldonado Álvarez.
Gracias por dejarnos a tu hijo en nuestras vidas.
Te abrazo el alma querido amigo.
@LetyTorres_G
