El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal
Las sorpresas se han dado en muchos deportes de París 2024 y el tenis no es la excepción donde la china Zheng Qiwen se metió a la final al eliminar a la tres veces ganadora de Roland Garros (donde se celebra la competencia olímpica), Iga Swiatek. Qiwen venía de jugar dos maratones de más de tres horas en rondas previas, el segundo de ellos el que significó el retiro de la alemana Angelique Kerber (triple ganadora de torneos de Grand Slam con sus victorias en Australia, el US Open y Wimbledon), además de una medalla de plata en Río 2016 al perder la final con la puertorriqueña Mónica Puig; Rafael Nadal se marchó temprano en singles al perder con Novak Djokovic y en dobles alcanzó los cuartos de final, así que en una semana el mallorquín vivió emociones muy fuertes: De ser uno de los relevos de la antorcha en plena ceremonia inaugural en lo que fue un homenaje inesperado de Francia para el máximo ganador en la historia de Roland Garros, al reconocimiento público en el escenario que hizo suyo, por lo que ahora se abre un compás de espera para conocer la decisión de retirarse o seguir intentando que su cuerpo le dé una última oportunidad de competir a plenitud.
Esa arcilla que todos los años forma parte del circuito y ofrece uno de los cuatro grandes torneos, con el sabor olímpico ha tomado otro brillo. Esa arcilla que dominó Rafael Nadal en catorce ocasiones, se convirtió en un templo que se entregó al mallorquín; esa arcilla que nunca pudo ser conquistada por Angelique Kerber, la alemana que admiraba tanto a Steffi Graf (la única persona en ganar un Grand slam dorado en Seúl 88) que se dedicó a su deporte y se atrevió a ganar en Australia, Wimbledon y el US Open y que se quedó muy cerca de emular a la gran Graf con un oro olímpico, se despidió en el único escenario que no la vio levantar un trofeo; se fue tras batallar más de tres horas con la china Zheng Qiwen. Esa arcilla también vio despedirse al británico Andy Murray, el hombre que se atrevió a retar a los tres monstruos y no sólo eso que se metió a la conversación como el cuarto grande a tal grado de conseguir un hito dentro del olimpismo: Ser el único bicampeón olímpico en singles de la historia ya que se coronó en Londres 2012 (en Wimbledon) y Río 2016.
Durante la primera etapa del tenis como deporte olímpico hubo algunas ediciones en que se coronaron a dos campeones, para el torneo al aire libre y otro para el certamen en pista cubierta: John Boland de Reino Unido fue el primer campeón olímpico en Atenas 1896 y el primero de un país distinto fue el estadounidense Beals Wright en San Luis 1904. Londres 1908 y Estocolmo 1912 fueron las ediciones con dos campeones en el tenis: Josiah Ritchie se coronó en casa al aire libre y otro británico, Arthur Gore en pista cubierta, mientras que en tierras suecas Charles Winslow de Sudáfrica fue al campeón al aire libre y André Gobert de Francia se llevó la medalla de oro en la modalidad cubierta; tras la I Guerra Mundial sólo hubo un torneo y el sudafricano Louis Raymond fue el campeón en Amberes 1920, mientras que en París 1924, Vincent Richards recuperó el trono para Estados Unidos, a partir de ahí el tenis salió del programa olímpico y no regresó hasta Seúl 88 cuando el Presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch permitió la participación de profesionales.
Miloslav Mecir, todavía representando a Checoslovaquia, fue el primer campeón olímpico de la era profesional en el olimpismo, el suizo Marc Rossett actuó de villano impidiendo que el local Jordi Arrese se coronara en la arcilla de Barcelona, André Agassi sí se pudo coronar en casa en Atlanta 96 al vencer en la final a otro español, Sergi Bruguera, el ruso Yevgueni Kafelnikov se coronó en Sídney 2000 ante el alemán Tommy Hass; el chileno Nicolás Massú vivió unos días muy buenos al coronarse en singles al vencer a Mardy Fish, mientras que otro andino Fernando González obtuvo el bronce, ambos se quedaron con el oro en los dobles por lo que fue una estupenda actuación para Chile. Rafael Nadal, en uno de sus mejores años de su brillante carrera obtuvo el campeonato en los singles de Beijing 2008 derrotando en la final a Fernando González quien repitió en el medallero.
Vino entonces Londres 2012 en el pasto sagrado de Wimbledon, donde Andy Murray fue profeta en su casa a tal grado que le pegó a Roger Federer en lo que era el patio de recreo del suizo, de hecho, Murray sumó otra presea, la plata en el dobles mixto donde hizo pareja con Laura Robson para caer en la final ante Bielorrusia con Max Mirny y Viktoria Azarenka. El escocés no se quedó ahí y en Río hizo historia al derrotar al argentino Juan Martín del Potro que había superado un cuadro muy duro con triunfos sobre Novak Djokovic y Rafael Nadal, pero en la final no pudo sostener el ritmo de Murray quien así logró un hito, que, por el momento, no será igualado en París 2024 ya que el campeón defensor de Tokio 2020, el alemán Alex Zverev, fue eliminado prematuramente en la arcilla de Roland Garros.
Kerber y Murray se van del tenis tras dejar páginas muy emocionantes, ambos jugaron por última vez en el alto rendimiento en la arcilla de Roland Garros, paradójicamente un escenario que no se les dio en su carrera: La mejor actuación de la alemana en Francia fueron los cuartos de final de 2012 y de 2018, sumando ahora los cuartos de final en la edición olímpica de París 2024, mientras que Murray nunca jugó una final ahí, lo más cerca que estuvo fueron las semifinales de 2011, 2014,2015 y 2017, mientras que ahora en París 2024 no compitió en singles y se centró en los dobles donde tampoco pudo llegar a la ronda por las medallas.
Ambos ya habían anunciado que París 2024 sería su último torneo por lo que su carrera llegaría tan lejos como pudieran llegar en el torneo olímpico; otro grande del tenis, el más ganador en Roland Garros, sigue deshojando la margarita sobre el siguiente paso en su carrera o bien optar al retiro. Hace unos meses cuando el mallorquín fue eliminado en primera ronda de Roland Garros por Alex Zverev no hubo un homenaje por parte de la organización que se escudó señalando que el tenista no había anunciado su retiro por lo que esperaba volver a verlo en competencia; el veterano apuró sus opciones y a su cuerpo para llegar a los Juegos Olímpicos, escenario donde ya había ganado dos medallas ya que a la de singles en Beijing, agregó el oro en los dobles de Río 2016 cuando hizo pareja con Marc López, hoy parte de su equipo de entrenadores; el tema del ranking y luego el sorteo deparó un Nadal vs Djokovic en el que el serbio dictó condiciones a pesar de un acto final de rebeldía española que regaló momentos emocionantes y el reconocimiento global por su capacidad de lucha.
Quedaba el dobles donde la unión con la joven sensación del tenis español, Carlos Alcaraz, hacía pensar en un camino largo y la posibilidad de una nueva presea, pero el calendario tan apretado y la falta de trabajo conjunto terminó por generar una eliminación prematura en cuartos de final una vez que enfrentaron a una pareja especializada en esta tesitura; una vez que la derrota se produjo el público francés, ese que al principio se molestaba con los triunfos del mallorquín, dedicó una ovación y un homenaje improvisado pero lleno de sentimiento a un jugador que implantó una marca muy difícil de igualar con catorce campeonatos en la arcilla parisina; Nadal se quedará con veintidós títulos de Grand Slam, pero dos menos que Novak Djokovic, pero tiene algo más valioso y que difícilmente obtendrá el serbio: El cariño generalizado del público, algo parecido a lo que logró Roger Federer.
Además, Francia saldó su deuda pendiente con Nadal, por lo menos en cuanto a impresión, al hacerlo partícipe de la ceremonia inaugural de la semana pasada cuando apareció en la recta final del recorrido de la antorcha y la recibió de manos de Zinedine Zidane, en lo que muchos consideraron otro mensaje ya que el astro galo brilló en el Real Madrid y el mallorquín lo hizo particularmente en Roland Garros. Una vez que tomó la antorcha, Nadal se dirigió a otra embarcación para regresar al Río Sena, en dicha embarcación se encontraban otras glorias del deporte internacional como Nadia Comaneci, la gimnasta del diez perfecto, otra tenista como Serena Williams, campeona olímpica tanto en singles como en dobles en Londres 2012 y el apodado “hijo del viento”, Carl Lewis gloria del atletismo al ser el hombre que emuló a Jesse Owens con cuatro medallas de oro en Los Ángeles 84 y con una longeva carrera donde agregó más preseas olímpicas, una vez que llegaron a la zona cercana al Louvre, estas glorias del deporte internacional entregaron la antorcha a Amalie Mauresmo, figura del tenis francés y directora de Roland Garros, quien llevó el fuego a los últimos relevistas, todos glorias del deporte galo hasta llegar a Marie Jose Perec y Teddy Riner, ambos nacidos en Guadalupe, para encender el pebetero, un globo aerostático que se eleva todas las noches en la capital francesa.
No pudo haber mejor homenaje para Nadal, porque en una fiesta muy francesa, hubo espacio para reconocer su grandeza y lo que ha logrado en la ciudad luz, en la arcilla de Roland Garros. Cuando incluso la tradición indicaba que aparecerían las glorias del deporte francés, Nadal tuvo un protagonismo propio de ser parte del país organizador y por ello no habrá un mejor homenaje para un hombre que ha honrado su carrera, a su deporte, que siempre ha sido sinónimo de competitividad, de pelear cada bola, cada punto y nunca dejarse vencer, que ha sido ejemplo en la derrota y en la victoria, por lo que más allá de sus números y de sus marcas, su legado se hace más grande por su deportividad.
A falta de conocer la decisión final de Rafa, las actuaciones en París 2024 nos han vuelto a dejar puntos imborrables por la forma en la que los peleó y porque todavía mostró la calidad que lo hizo ser el rey de la arcilla. A falta de conocer la decisión de Rafa, otros dos grandes tenistas han dicho adiós, ambos uno en cada rama, fueron capaces de ganar a las figuras de su época para conseguir títulos de Grand Slam, Murray lo hizo en la era de Federer, Nadal y Djokovic; Kerber fue capaz de ganarle a Serena Williams, ambos fueron medallistas olímpicas y en el caso de Murray es el único bicampeón olímpico de la historia en el tenis; por eso el tenis olímpico ha sido una de las disciplinas más emotivas. Roland Garros es uno de los escebarios deportivos con más solera a nivel internacional y ahora sobre su arcilla se han escrito otras páginas brillantes a falta de las finales que determinen los colores de las preseas que se entregarán en París 2024; la mítica arcilla de Roland Garros ya tiene el capítulo que le hacía falta, pero lo mejor pudo es que pudo despedir a dos grandes tenistas y pudo tener un momento muy especial para homenajear al más grande que ha pisado esa tierra batida.
@abascal2