La editorial escribe Jesús Olmos
Envalentonado, subido en la tribuna y manoteando frente al pleno de la Cámara Alta, a Alejandro Moreno Cárdenas parece habérsele perdido de nuevo la brújula política.
El dirigente del PRI, su representante en el Senado y también el bravucón que encaró al presidente de la Mesa Directiva Gerardo Fernández Noroña, hizo de nueva cuenta gala de su falta de templanza.
Como si de los audios revelados por la gobernadora Layda Sansores se tratara, fue evidente que a Alito le gusta el show, la testosterona mal aplicada y se siente intocable a los ojos del país.
Sin embargo, fue llamativa la reacción de las redes sociales a su iracunda irrupción, ya que se hizo notorio que los mexicanos y mexicanas no quieren premiar a un bravucón de cantina y menos si debería ser un baluarte de la oposición tan socorrida estos días.
@Olmosarcos_