La editorial escribe Jesús Olmos
De Yucatán a Puebla hay casi mil kilómetros de distancia, aún así, la entidad poblana no quedó exento de la polémica por la estatua de Poseidón en Puerto Progreso.
Como “oscurantista, retrógrada y hasta fascista”, fue como calificaron algunos de los políticos poblanos la promoción de la idea de retirar la famosa estatua del Dios griego.
“Si el pretexto para destruir la escultura es que se trata de un Dios que no es nuestro y es importado, pues ojalá no se haga costumbre, porque no acabaríamos nunca”, soltó el morenista Gabriel Biestro en su cuenta de Facebook.
Y es que si de deidades traídas de otros lados e impuestas mediante métodos poco ortodoxos hablamos, abriríamos una caja de pandora que nadie quiere explorar.
Jesús Olmos
@Olmosarcos_
