Al respecto por Alejandro Aguirre Guerrero
En una charla que sostuve con Alejandro Moreno, Alito, líder nacional del PRI, me quedó claro que del otrora partido superpoderoso no queda nada, más que cenizas… quizá ni eso. El campechano buscó esconderlo, pero clama por ayuda del PAN.
Me dijo que a su juicio el PRI es competitivo en las alcaldías de Perote, Cosoleacaque, Xalapa y Orizaba, entre algunas otras, aunque no quiso entrar en detalles, lo cual deja claro que no hay más ayuntamientos donde puedan ganar, o cuando menos dar batalla.
Alito me insistió en que unir fuerza con el PAN los hace más poderosos (y en algo que sonó más a súplica que a declaración), insistió en que ellos “estaban puestos para la alianza”, que todo dependía del blanquiazul.
¿En qué momento el PRI llegó a estas condiciones de clamar ayuda para sobrevivir en las urnas? La realidad es que buena culpa de ello descansa en los hombros del propio Alejandro Moreno, a quien parece que la historia señalará como “el artífice del entierro del tricolor”.
Alito cree que aunque el PAN no se uniera a ellos (o que incluso la alianza flexible se cayera), el PRI tendría candidatos competitivos para los 212 municipios. No es así. Si el tricolor no alcanza un acuerdo con el blanquiazul, no podría ganar más de 10 ayuntamientos el 1 de junio, siendo benévolos.
Según la proyección que observé en las oficinas del CEN de Morena en la CDMX, la coalición oficialista ganará cuando menos 175 municipios, pudiendo llegar a las 180 victorias; el resto para MC, PAN y PRI, en ese orden.
Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.
X: @aaguirre_g