La editorial escribe Jesús Olmos
Han sido muy pocos los casos en los últimos años dentro de la política nacional, que generan tal nivel de repudio como el de Cuauhtémoc Blanco.
Y es que no solo hablamos de que dividió al grupo mayoritario en la Cámara de Diputados, sino que también divide opiniones entre miembros del Gabinete y jerarcas del grupo en el poder.
Lo más funesto, es que mientras se organizan marchas para exhibirlo por su comportamiento rapaz como gobernador y cobarde como hombre, el ex ídolo del fútbol se placea por funciones de peleas.
ES tanto el tamaño del repudio, que hasta el propio americanismo acostumbrado a ganar con un pequeño empujón “divino” se ha abstenido de defenderlo. Y es ya es bastante.
@Olmosarcos_