El Blog de Puebla Deportes escribe Claudia López Torre
Sudamérica tiene historia, tiene fútbol, tiene ídolas pero le falta algo y es ruido. La Copa América Femenil celebró su décima edición este 2025, un torneo cargado de talento, emoción y legado pero que sigue enfrentando una deuda: la falta de difusión y reconocimiento.
Desde su primera edición en 1991, esta competencia ha sido la plataforma más importante para el fútbol femenil sudamericano. Ha funcionado como clasificatorio a Mundiales, Juegos Olímpicos y Panamericanos.
Este torneo ha sido cuna de figuras que han marcado época, entre ellas destaca Marta Vieira da Silva, leyenda brasileña, seis veces nombrada la mejor jugadora del mundo y máxima goleadora en la historia de los Mundiales. Su impacto ha sido tan profundo que la FIFA creó un premio con su nombre para reconocer el mejor gol del año en la categoría femenil.
Sin embargo, a pesar del talento y las historias que nacen en cada edición, la Copa América Femenina no ha contado con la cobertura mediática ni la atención institucional que merece.
Brasil y Colombia ofrecieron una final de leyenda; protagonizaron un empate 4-4 tras la prórroga, con goles, remontadas, emociones y una tanda de penales que se inclinó 5-4 a favor de Brasil. Colombia mostró el crecimiento de una generación dorada, con figuras consolidadas como Mayra Ramírez, Linda Caicedo, Leicy Santos y su capitana Daniela Arias combinando juventud, talento y carácter.
Del otro lado, Brasil llegó con la experiencia de siempre, pero también con el regreso de una leyenda: Marta, quien a sus 39 años volvió del retiro y marcó dos goles en la final, incluyendo uno agónico que mandó el partido a tiempo extra. Aunque falló en la tanda de penales, lideró a su selección a conseguir su noveno título continental junto con la portera Lorena Da Silva quién fue clave al detener el último penal colombiano y darle el campeonato a Brasil; con ese resultado Colombia no se llevó la copa pero se despidió como una digna subcampeona.
Lo doloroso es que una final de este nivel haya pasado tan desapercibida, recordándonos que el talento no basta sin apoyo. Las jugadoras lo dejan todo en la cancha, pero fuera de ella, necesitan estructura, promoción y respeto.
Durante el torneo, la asistencia promedio fueron cifras muy bajas, apenas rondó entre los 8,000 y 10,000 aficionados por partido, con un máximo de 18,500 en la final. La comparación con otros torneos es inevitable, el Mundial Femenil 2023 y la Eurocopa Femenina 2025 llenó estadios y tuvo récords positivos.
El contraste duele, porque no se trata de falta de calidad, se ha demostrado que igual que en Europa, en varios continentes existe talento, pasión y afición. Lo que falta es una estrategia clara, inversión real y compromiso mediático.
Porque se ha visto que el fútbol femenino sigue creciendo y si interesa, solo falta darle la difusión y seriedad que se merece; es momento de que las demás organizaciones y los medios de comunicación comprendan que hay historias que merecen ser contadas.
@clau_0701