Con más perspectiva por Leticia Montagner
l Partido Verde Ecologista de México (PVEM), nuevamente demostrará su ignorancia, su desmedida y mezquina ambición de popularidad y su terrible insensibilidad con el impulso de un proyecto de ley para reformar la Ley General de Vida Silvestre en materia de mamíferos marinos.
De aprobarse dicha reforma, se pondrá en serio riesgo a más de 600 animales que podrían perder la vida tal como lo hicieron miles de ejemplares que vivían en los circos como consecuencia de su desastrosa y fúnebre Ley de Circos sin Animales del 2014.
Lo anterior lo dio a conocer el Presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), Ernesto Zazueta.
Señaló que "como todos sabemos, el Partido Verde ha acumulado un historial de prácticas muy cuestionables que van desde corrupción, nepotismo, oportunismo político, violaciones a la legislación electoral y violencia familiar hasta una verdadera falta de compromiso con la agenda ambiental”.
El PVEM nunca ha sido ni es una opción confiable para la población mexicana y para ninguna organización ambiental local ni internacional. De hecho, asociaciones como Greenpeace han cuestionado su autenticidad como partido ecologista, señalando que sus acciones y políticas van en contra de los principios de la protección ambiental.
La presentación de una ley para prohibir la tenencia de mamíferos marinos incluso para fines de conservación, podría provocar que más de 600 ejemplares como manatíes, lobos marinos, focas, nutrias y delfines, que hoy viven en absolutas condiciones de bienestar animal, mueran por su ignorante y cruel iniciativa que ni siquiera contempla que el 60 % estos animales han sido rescatados", alertó Zazueta.
Dijo que es preciso recalcar que la gran mayoría de los mamíferos marinos que se tienen bajo cuidado humano en instituciones zoológicas, en acuarios y delfinarios provienen de rescates. La gente tiene que saber que todos los mamíferos marinos llevan años enfrentando numerosos riesgos y accidentes en vida silvestre.
Lo anterior, derivado de la actividad humana como varamientos por contaminación acústica y enfermedades; encallamiento en redes de pesca y capturas accidentales; colisiones con embarcaciones, esto afecta especialmente a las ballenas, delfines y manatíes; envenenamiento por contaminación por metales pesados, plásticos, petróleo y pesticidas.
Y a todo esto hay que sumar el cambio climático que está afectando gravemente sus hábitats y que está provocando una severa escasez de alimento, así como las mareas rojas por algas productoras de toxinas neurotóxicas.
"Miles de mamíferos marinos sufren graves accidentes año con año, en México y en todo el mundo por las actividades antropogénicas y nosotros cada mes rescatamos a decenas de ellos, algunos logramos rehabilitarlos y los liberamos nuevamente en vida silvestre, pero muchos de ellos ya no logran condiciones físicas para enfrentar todos los desafíos de su hábitat natural y tienen que ser albergados de por vida bajo cuidado humano.
“Y ahí le entramos nosotros con albergues, infraestructuras y cuidados onerosísimos y sí tenemos que tener ingresos para su manutención, pero de no ser por nosotros al menos 60 % de los mamíferos marinos que tenemos en nuestras instituciones zoológicas, acuarios y delfinarios, simplemente ya no vivirían", señaló.
Como dato relevante hay que destacar que actualmente alrededor de 300 delfines viven bajo cuidado humano en instituciones afiliadas a la AZCARM y los costos de la manutención de cada ejemplar al año ascienden a un millón 200 mil pesos, lo que significa que las instituciones que los cuidan y garantizan su bienestar, hecho constatado y certificado por organizaciones internacionales del más alto nivel como American Humane, Rescue, Care, Protect, invierte 360 millones de pesos anualmente para ofrecerles todos los cuidados y garantizar sus mejores condiciones en todos los aspectos, físicos, anímicos y emocionales.
De hecho, científicamente se sabe que los mamíferos marinos, como los manatíes y los delfines, suelen tener una esperanza de vida considerablemente mayor cuando viven bajo cuidado humano que en vida silvestre. El hecho de vivir lejos de depredadores, escasez de alimento, actividades antropogénicas y tener garantizados todos los cuidados que requieren de especialista, una dieta balanceada y ser monitoreados de manera permanente, permite que vivan entre 29 y 31 años en comparación con los entre 7 y 17 qué viven en vida silvestre.
"Estos y muchos otros datos son totalmente ignorados por los políticos que se hacen llamar ecologistas, verdes únicamente para ganar adeptos, para engañar con toda alevosía a la gente haciéndoles creer que están trabajando por el bien de nuestra fauna silvestre y de nuestra biodiversidad, cuando están haciendo todo lo contrario”, concluyó Zazueta.
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@LMontagnerG