José Manuel Gómez
El Trueno de Oklahoma City conquistó el título de la Conferencia del Oeste al superar por 124-94 a los Lobos de Minnesota en el quinto juego de la serie; el equipo de Oklahoma está de vuelta a las Finales de la NBA tras trece años de ausencia y buscará el primer título para la franquicia en su nueva sede, tras su mudanza desde Seattle en 2008.
Oklahoma no tuvo contemplaciones y facturó una ventaja de treinta y tres puntos al medio tiempo tras conseguir un parcial 65-32 y para la segunda mitad sólo administró el juego facturando la cuarta victoria del compromiso y catapultarse a la serie por el título Larry O’Brien donde espera al ganador del duelo entre los Pacers de Indiana y los Knicks de Nueva York que compiten por el trofeo del Este, donde los de Indianápolis están a un triunfo de amarrar el campeonato.
Shai Gilgeous-Alexander sigue en modo MVP, fabricó 34 puntos, siete rebotes y ocho asistencias para comandar a su equipo en la victoria; Jalen Williams acompañó con diecinueve tantos, ocho tablas y cinco asistencias, mientras que Chet Holmgre aportó veintidós unidades y siete rebotes, además Luguenz Dort generó doce puntos y Alex Caruso destacó del lado defensivo con cuatro robos de balón, en una noche de catorce pérdidas de pelota para los visitantes que se vieron acorralados en el Paycom Center.
Una velada sin brilló para Anthony Edwards, quien apenas pudo aportar diecinueve unidades, con seis rebotes y dos asistencias, Julius Randle generó veinticuatro puntos para ser el mejor anotador de los Lobos que se vieron completamente superados para sumar su segundo descalabro consecutivo en la final de la Conferencia del Oeste.
Los dirigidos por el entrenador Mark Daigneault vienen de establecer un récord para la franquicia, incluida la etapa de los Supersonics de Seattle, con una marca de 68 triunfos y catorce descalabros y por el momento ostentan un registro de doce victorias y cuatro derrotas en los playoffs colocándose por quinta ocasión en las finales, tomando en cuenta el legado de los “Sónicos” que se metieron a tres y lograron el título de la campaña 1978-1979.
En el camino, el Trueno viene de aplastar en cuatro juegos a los Grizzlies de Memphis en la primera etapa de los playoffs, posteriormente fue exigido por los Nuggets de Denver en una serie que se extendió a siete encuentros en lo que por el momento ha resultado como el gran reto para buscar el trofeo Larry O’Brien; ese compromiso ante el equipo comandado por Nikola Jokic representó la graduación para Daigneault y sus muchachos, se quitaron un peso de encima y tomaron la confianza suficiente para seguir la ruta rumbo al campeonato.
Los de “OKC” muestran argumentos sólidos para pensar en el trofeo de la NBA, más allá de la presencia de “Shai”, cuentan con un juego de conjunto, es una quinteta afinada y redondeada con talento joven en las distintas zonas, el base Gilgeous-Alexander (veintiséis años) se ve complementado con los aleros Jalen Williams (veintitrés) y Luguenz Dort (veinticinco) en el juego exterior, mientras que el Ala-pívot Chet Holmgren (veintidós años) y el centro Isaiah Hartenstein (veintiséis) comparten labores en el juego interno y la pintura.
La dosis de experiencia la pone Alex Caruso (treinta años) un elemento que llegó como refuerzo para colaborar en el trabajo defensivo y colocarse como el mejor sexto hombre del equipo y eso nada tiene que ver con su producción ofensiva pues apenas promedia 8.9 puntos en la postemporada, su presencia en la duela es la que ha resultado fundamental; mientras Carson Wallace (veintiún años), Aaron Wiggins (veintiséis) e Isaiah Joe (veinticinco) son elementos que participan de la rotación del coach para darle un respiro a los estelares.
El Trueno de Oklahoma destaca por su labor defensiva donde se colocó en el tercer puesto de la liga con un promedio de 107.6 puntos permitidos por encuentro, es el primero en robos y fue el mejor equipo de la liga para limitar a los rivales en su efectividad de tiro de campo; se muestra como un equipo balanceado pues a la ofensiva ocupó el cuarto puesto de la temporada con una producción de 120.5 unidades por duelo, fueron séptimos en promedio de tiro de campo con un .482 de porcentaje y sextos en disparos de tres con un .374 de porcentaje.
La defensa del Trueno se mantiene en la postemporada donde por el momento promedia 106.2 puntos admitidos por encuentro; mientras que a la ofensiva suma 117.1 unidades por juego, con promedios de .464 en tiro de campo y .336 en el porcentaje de disparos de tres que demuestran que el equipo ha mantenido el nivel para pelear por el trofeo Larry O’Brien.
Todo hace indicar que los Pacers de Indiana serán el rival del Trueno de Oklahoma City en las Finales de la NBA; los de Indianápolis tienen ventaja de tres juegos a uno sobre los Knicks de Nueva York que hoy buscarán evitar el descalabro en casa para mantenerse con vida, pero los dirigidos por Rick Carlisle cuentan con doble “Match Point” para poder acreditarse el compromiso y colocarse en la serie por el título veinticinco años después de su última presencia.
Cualquiera que sea el duelo de las Finales NBA resultará inédito y refrescante, con equipos que han trabajado su reconstrucción desde las bases y que en este 2025 podrían recolectar los frutos con procesos que gozan de mucha disciplina en la gerencia deportiva.
