Máscaras escribe Jesús Olmos
Sumergirse por una tarde en las redes sociales, desde cualquier perspectiva, puede ser un llamado a dejar a un lado la cordura.
Las medias verdades difundidas ahí, la creación de videos e imágenes falsas, la capacidad de la programación actual para mostrarnos cosas del mundo que no hemos visto o que quizás no existan, aunado a una sociedad que quiere creer más en lo que ve que en lo que es posible comprobar, que ya no hace caso a las publicaciones verificadas y que voces alimentan este espectro de la posverdad para venderse como salvadores del mundo, por ello estos días llaman a la histeria.
Uno de los principales protagonistas de esta trama de la construcción de una realidad alternativa es el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
El mandatario que ha enarbolado sentimientos racistas, xenófobos, clasistas y misóginos, se ha colocado como el principal artífice de la creencia en datos alejados de la ciencia.
El bravucón que todos los días se planta frente a las cámaras de su país y carga contra todo aquello que dirima con sus intereses, también ha implantado una línea frontal de ataques a países como México, Dinamarca, Panamá y otros tantos, inflado aquella narrativa cargada de datos exagerados, medio verídicos, no verificables o que tienen raíz en una idea suya surgida de una necesidad propiamente construida.
De su mano, corren los mensajes del magnate Elon Musk, quien apropiado de la red social Twitter (ahora llamada X), construye esa misma narrativa anti derechos de minorías de todo tipo en el país que se suponía llevaba la avanzada en muchas de las luchas para dar más derechos a los sectores más lacerados de la sociedad.
Es en X, aunado a Facebook, Instagram, Tiktok y hasta en Youtube, donde corren distintas teorías, que van desde el ámbito social hasta el tecnológico que buscan explicar todo, sin un ápice de conocimiento científico.
Por ejemplo, está el desarrollo de teorías de conspiración sobre los recientes accidentes de aviones en distintas partes del mundo que han señalado a los desarrollos tecnológicos de China y Rusia, y tratando e proteger lo que Estados Unidos pretende regular en la materia.
En esta área de las teorías de conspiración, también vemos albergarse a los supuestamente crecientes avistamiento de extraterrestres en todo el orbe, lo que bien puede ser un distractor de otros temas de la sociedad, pero que viene a fortalecer una narrativa de una gigantesca verdad oculta en el mundo en el que habitamos.
Mientras, diversos “luchadores sociales”, principalmente emanados de gobiernos de derecha autoritaria en el mundo, y que tienen de su mano a medios masivos afines, impactan todos los días el debate público con estos anzuelos que día a día muerde una sociedad víctima del imperio del clic y de la reproducción para generar volumen.
Así que, mientras existen debates verdaderos sobre derechos y libertades entre grupos ideológicos antagonizados, la histeria llama a la puerta, toma las pantallas y nos dice sin ningún tipo de recelo: mírame, que aquí estoy.
@Olmosarcos_
