Máscaras escribe Jesús Olmos
Historias de horror venidas a la realidad como la del campo de exterminio de Teuchitlán, Jalisco, erizan la piel como muy pocos temas.
200 pares de zapatos que podrán contar la vida de sus portadores, es uno de los recordatorios del horror que se desencadenó en 2006, con la falsa y fracasada guerra contra el narco, con el intento de invisibilizarían con la telepresidencia en 2012, con la negación y la falsa superioridad moral del lopezobradorismo implantado desde 2018, que ha intentado cambiar la estrategia a partir de su refrendo en el poder en el 2024.
Sin embargo, por muy dolorosa que sea esta realidad, no hemos terminado de contar los horrores de la violencia sin freno desatada en la primera década de este siglo y que continúa casi 20 años después.
En este contexto, se puede anotar el caso de Veracruz. La entidad que gobernaron irresponsablemente la última generación de priistas que se encumbró en el poder, la que ha colocado a ese partido en un punto de extinción y que hasta el día de hoy siguen sin recibir el justo castigo para la desgracia que provocaron.
Apenas en abril del 2024, integrantes del Colectivo “Buscando a Nuestros Desaparecidos y Desaparecidas Veracruz” pudieron ingresar al Centro de Estudios e Investigación en Seguridad (CEIS), en El Lencero, para la búsqueda de restos humanos.
María Elena Gutiérrez, líder de esta agrupación indicó que también continuarán las labores de búsqueda en la barranca La Aurora, de Emiliano Zapata.
Este predio se ubica justo detrás del aeropuerto de Xalapa, un sitio en donde apenas hace unos años ha comenzado la urbanización, pero que en los sexenios de Fidel Herrera y Javier Duarte eran ejidos solitarios que la perversidad criminal vio con buenos ojos para el horror y el olvido.
La propia prensa del estado destacaba en 2018, que hubo testimonios de ex policías, quienes refirieron que debajo del nuevo edificio de la Academia El Lencero, construido en el sexenio de Javier Duarte, bajo administración del ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, fue donde se encontraron cuerpos de desaparecidos.
El reportaje del periódico El País, titulado “Los escuadrones de la muerte de Veracruz”, fue otro de los ejercicios periodísticos que documentó la forma en que desde el estado se articuló la desaparición de personas y su abandono en campos de exterminio como el de Jalisco, pero en el Veracruz del 2010 al 2016.
“Desde hoy, México tiene su símbolo en la Academia de Policía de Veracruz. Un tenebroso lugar al que se accede después de pasar un enorme arco gris protegido por dos desganados policías”, relata el documento que aún aparece publicado en el medio español.
Sin embargo, el caso sigue ahí, temeroso de ser expuesto al escrutinio mundial, por su voracidad y brutalidad, por haber ocurrido en las narices de muchos de todos los que transitan todos los días la carretera que inicia el trayecto de Xalapa a Veracruz, porque no ha pasado nada, porque no se ha alcanzado a comprender el grado de putrefacción que alcanzó aquella fatídica gestión para todos y porque tan profunda es aquella barranca como los gritos de las víctimas que aún no han obtenido justicia.
@Olmosarcos_