Una de policías y rateros

Una de policías y rateros
Fernando Maldonado
Parabólica

Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado

Como la humedad que se filtra debajo de la puerta, que se escurre por las rendijas de las ventanas, y que todo corrompe, así ha sido la conducta delictiva que preexiste en la corporación de la Policía Auxiliar.

Si las prácticas que prevalecieron y que debían desaparecer con la llegada de un nuevo perfil como César Octavio Castellanos Galdámez, el esfuerzo ha sido en vano, según se puede observar.

El caso más reciente sucedió en el Ecoparque, del espacio público administrado por la dirección de Convenciones y Parques del Gobierno del estado, el espacio público de cuya vigilancia está en manos de esa corporación igualmente bajo la tutela estatal.

La familia Rojas Montiel se dolió por estos días del robo de autopartes dentro del propio estacionamiento, convertido desde hace años en un centro de esparcimiento familias poblanas y para quienes poseen mascotas domésticas llevadas a ese pulmón de la ciudad.

De acuerdo con la narrativa de la familia poblana, el automóvil se encontraba estacionado cerca de la caseta de vigilancia a cargo de los elementos de la Policía Auxiliar y cuando regresaron del paseo con el animal, ya había sido desvalijado, literal.

“Cada semana mi hija lleva a nuestro hermoso perrito a jugar al Ecoparque. Tres veces por semana (…) Deja su coche en el estacinamiento y paga su boleto. Permenece un par de horas y regresa con nuestro perrito cansado pero feliz. Hoy al salir del parque se encuentra con que su cochoe (comrado con su trabajo y sus ahorros) ha sido desvalijado”, publicó la familia en su cuenta de Facebook.

Un conjunto de fotografías da cuenta del acto criminal de los ladrones en un espacio propiedad de la administración estatal y resguardada por una corporación en la que la transa parece la divida. Mudos, como testigos de palo, en una de las fotografías se ve a dos elementos de la corporación observando el auto vandalizado.

Le fueron robadas las cuatro llantas, en el colmo de la conducta delictiva, los ladrones rompieron la chapa del auto y desprendieron el tablero completo del auto, además de llevarse la llanta auxiliar.

Imposible que los encargados de la vigilancia bajo el mando de Castellanos Galdámez no hayan advertido siquiera de la sospecha de los hampones, como igual sucedió en otro caso similar, sucedido en el estacionamiento del Auditorio Metropolitano cuando el año pasado fue sustraída una computadora HP de la parte trasera de una camioneta, propiedad de un usuario del club deportivo Acuática Nelson Vargas.

Igual se produjo un cristalazo a unos metros de la caseta de vigilancia del inmueble, bajo el mando de la Policía Auxiliar, pero como ocurrió en el Ecoparque, nadie escuchó. El dueño de la camioneta, un ingeniero consultor en riesgos de sismicidad no pudo recuperar su instrumento de trabajo y los vigilantes se lavaron las manos.

La frustración fue evidente, como también sucedió en Plaza Centro Mayor, propiedad del Grupo Empresarial JV en donde a principios de este año se viralizaron imágenes de una camioneta de alta gama que quedó sobre ladrillos luego de que ladrones de autopartes hicieron de las suyas sin que los guardias contratados para la seguridad de los automóviles advirtieran del robo.

Era la misma corporación, la Policía Auxiliar en la que parece anidar el fantasma de Alí Babá y que rompe por completo el compromiso de terminar con la corrupción en las esferas del gobierno del estado.

 

@FerMaldonadoMX