Parabolica.MX escribe Fernando Maldonado
Nadie sabe para quien trabaja. Y así debe ser porque quienes en Puebla y otros estados del país se han dolido del trato que reciben en redes sociales, sobre todo integrantes de la clase política y al partido en el poder, van a tener que aguantar vara porque así lo dispuso la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
No deja de ser plausible que haya sido la mujer que despacha todas las mañanas desde Palacio Nacional quien haya dado muestras de apertura y tolerancia, incluso a quienes por sus contenidos no deberían tener contemplación alguna, para evitar poner límites a la libertad de expresión.
Sheinbaum habló en la mañanera del caso Puebla, en donde su Congreso legisló una reforma al artículo 480 del Código Penal para castigar a quien denueste a otra persona hasta causarle daño, lo que en era de redes sociales se le conoce popularmente como el “hate” por sus dichos, apariencia, género o militancia política.
La postura no deja de ser una señal para todo aquel que en el país haya sido tentado por el impulso de hacer pasar por un escarmiento a quienes expresan juicios en X, Instagram, Tik Tok o cualquiera de estas herramientas de comunicación digital. Te lo digo Puebla para que lo entiendas México.
En medio del acalorado debate es preciso decir que la postura habla de sensatez y apertura luego de haber sido juzgada mas con premura que con el rigor del análisis detenido para tildarla de ser una marioneta de su antecesor Andrés Manuel López Obrador y de haber recibido insultos desproporcionados en redes sociales.
Ese ángulo no se le ha reconocido ni entre sus cercanos o los “queda bien” que todos los días aplauden como focas con la idea de mantener posición política o cargo, pero que difícilmente se les ve salir al paso de insultos de múltiples cuentas anónimas, pero también con rostro, nombre y apellido.
Claudia Sheinbaum que desde la mañanera “sugirió” al Congreso poblano precisar en el artículo 480 que las sanciones no podrán aplicar a quienes desde el ecosistema digital juzgue o descalifique a servidores públicos o políticos, reúne características que por sí misma la convierte en un blanco de quienes difunden o estimulan un verdadero discurso de odio.
Y lo es por varias razones: es mujer, es judía, sucesora legítima del líder de izquierda que desbancó a quienes habían monopolizado el poder público y, de paso, depositaria del poder político mas importante en un país mayoritariamente machín.
De acuerdo con TResearch International, son las mujeres quienes han resultado mayormente susceptibles de padecer odio, estereotipos e insultos a través de las redes sociales.
El estudio revela que en 2023 un 31.6 por ciento de las mujeres ha recibido mensajes ofensivos; un 31 por ciento contenido sexual y un porcentaje similar, insinuaciones o propuestas sexuales.
El ciberacoso se manifiesta en 22 por ciento sobre un 19 por ciento de hombres y los medios mediante los cuales son mayormente hostigadas vienen de cuentas falsas, con un 35.8 por ciento.
Según el indicador de TResearch International, Puebla ocupa el tercer lugar en porcentaje de ciberacoso con un 25 por ciento, arriba de la media nacional que es de 20.9 y está debajo de Durango, con 28.8 y Oaxaca con 25.5, pero muy por arriba de la capital del país, que registró 17.6 por ciento.
Los datos del estudio del ciberacoso en México, fue publicado en abril de este año y dota de solidez al argumento sobre la necesidad de castigar a los violentadores en redes sociales, especialmente quienes se ensañan en mujeres, niñas y niños, tres condiciones muy ajenas a algunos integrantes de la clase política que frecuentemente exhiben su fatuidad.
@FerMaldonadoMX