La editorial escribe Jesús Olmos
En todo el país se cierne la sombra de la duda, la duda de si no solo (por obviedad) debió saber de las actividades ilícitas de Hernán Bermúdez Requena, el que fuera su jefe Adán Augusto López Hernández, sino si también sabían en el Gabinete de Seguridad o el propio expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Bajo esa premia, es indispensable anotar que, si Adán Augusto debió saber de las actividades ilícitas de su mando, entonces Felipe Calderón debió saber de lo que hacía el que fuera el segundo hombre más poderoso de su sexenio, Genaro García Luna.
Entonces, Enrique Peña Nieto debió saber también lo que hacía la generación más corrupta de gobernadores priistas de la que se tenga memoria, y podemos seguirnos a que Moreno Valle sabía sobre Facundo Rosas o duarte sabía de Aturo Bermúdez.
Es algo que brinca a la obviedad, pero que ahora es políticamente incorrecto, porque a los Partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, les hicieron borrón y cuenta nueva desde 2018 y lo que se vea de ahí hacia atrás, pareciera que nunca existió.
@Olmosarcos_