La editorial escribe Jesús Olmos
Rodeada por los suyos y aplaudida por los suyos se despide Norma Lucía Piña de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para muchos será recordada como una época negra para la justicia en el país, para otros, como una falsa heroína que defendió al Poder Judicial de un falso embate de los otros poderes.
Lo cierto es que será recordado como una presidenta de la Corte que quiso legislar, superando así las propias normas que la regían en su actuar y desairando las propias formas que luego ha pedido respetar, haciendo alarde de hipocresía y simulación.
Mientras se sigue exhibiendo como los empresarios, televisoras, políticos y sectores que detentaron algún coto, fueron privilegiados por las decisiones que tanto defendió Piña, también debe esperarse con el mismo grado de exigencia que el sistema judicial cambie y que, sobre todo, se humanice.
@Olmosarcos_