La editorial escribe Jesús Olmos
La nueva polémica que rodea a la diputada local, Nayeli Salvatori, tiene dos caras y exhibe a los grupos confrontados en el país.
Por una parte, es un error de la llamada “Señora de las Lomas” exhibir sin consentimiento datos personales de un usuario de redes sociales por una postura crítica en su contra. Salvatori, como servidora pública, debe más que nadie, poner a salvo los derechos de la población.
Sin embargo, el nivel de virulencia, ofensa y humillación al que estos críticos han llegado a someter a la legisladora es aberrante.
Una cosa es criticar su trabajo, que por supuesto es cuestionable, exigirle resultados, pero otra muy distinta es meterse con ella como persona, como mujer, meterse con su familia y querer que responda bien entre ofensas y amenazas.
@Olmosarcos_
