La editorial escribe Jesús Olmos
Mientras que para otros diputados han pasado desapercibidos los segundos de video en la cuenta de Nay Salvatori, que las redes sociales incendiaran el fin de semana, no ha sido lo mismo para el diputado Roberto Zataraín.
Ávido, como ha sido siempre, de protagonismo y con una (falsa) rampante superioridad moral, se puso a dar lecciones de buenos modales en su cuenta de X. Sí, en la misma que apostó y perdió, y que juro nunca retomar, pero como dice una cosa, dice otra.
Roberto reniega, pero bien que disfrutó sus 5 segundos de fama desde el púlpito del Congreso local.
Ahora, envalentonado como es, manda a decir a sus críticos “que se pongan a ayudar al prójimo”, pero antes, hay que recordarle que una cosa es ayudar al prójimo y otra usar sus conectes y amistades para que el círculo del que se rodeó durante varios años tuviera un acceso privilegiado a la toma de decisiones, y todo lo que ello implica.
@Olmosarcos_
