La regla establece que los teléfonos permanecerán fuera del alcance en todo momento durante la jornada escolar.
El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) ha definido los detalles de lo que será el día a día en las escuelas sin teléfonos celulares. En un esfuerzo por combatir la distracción tecnológica y fomentar la concentración en el aula, autoridades distritales anunciaron que la prohibición de teléfonos, relojes inteligentes y otros dispositivos que permitan comunicación o acceso a internet se implementará a partir de mediados de febrero en todas las escuelas intermedias y secundarias.
Este cambio —uno de los más drásticos en el sistema educativo local— viene de la mano de la preocupación generalizada acerca de que los estudiantes se han vuelto “adictos” a sus dispositivos, afectando la calidad de su aprendizaje y convivencia. “Está claro”, explicó el superintendente Alberto Carvalho, “que los estudiantes se han vuelto ‘adictos’, un problema que ‘debe llegar a su fin".
Una decisión similar se tomó en una escuela de Río de Janeiro, en Brasil, también este año, donde vieron resultados positivos tras la medida.
La medida de LAUSD, aprobada originalmente por la Junta de Educación en junio pasado, ha superado los requerimientos de la nueva ley estatal de California —conocida como California’s Phone-Free Schools Act— que exigía a los distritos escolares, escuelas chárter y oficinas de educación del condado presentar sus propias políticas de restricción de celulares antes del 1 de julio de 2026. Sin embargo, Los Ángeles ha decidido aplicar un calendario más acelerado y restricciones más estrictas.
Según el jefe de Operaciones Escolares de LAUSD, Andrés Chait, el nuevo reglamento deberá aplicarse a partir del 18 de febrero, justo después del fin de semana del Día de los Presidentes. Alrededor de 50 escuelas dentro del distrito —de un total de mil 543— ya habían adoptado prohibiciones similares, pero ahora la política se extenderá de manera uniforme al resto de los planteles, con la excepción de las escuelas primarias en las que, por lo general, los estudiantes no cuentan con dispositivos móviles.