“La paz te ha costado tu fuerza. La victoria te ha vencido”, Bane a Batman (The Dark Knight Rises)
La eliminación del Real Madrid a manos del Manchester City en las semifinales de la Copa de Europa dejó –oh, enorme sorpresa –la conclusión de que a este equipo le ha llegado su final.
No podía esperarse menos de una eliminatoria que desde el día uno estuvo sometida a los más grandes y absurdos clichés del fútbol; a un cúmulo de frases sin sentido aderezadas con dramas insufribles, cuyo resultado más palpable fue confundir al espectador sobre lo que realmente significa competir por la conquista del torneo de mayor prestigio en el fútbol europeo y mundial.
No fueron pocos los videos y textos que hablaban de la superioridad de ambos equipos, según cada quién, pasando por el ‘adn ganador’ o ‘la reinvención del juego’; esos conceptos que nunca fallan para los que siempre, al final de cada juego, sin importar quién gane, siempre tienen la razón.
El Real Madrid hizo mucho daño al hacer ver como ordinario lo que es precisamente lo contrario. Lo normal es no ganar la Copa de Europa; menos, año con año; mucho menos, tres años consecutivos; muchísimo menos, cinco de las últimas nueve ediciones. Su dominio y grandeza terminaron por vencerlo.
La conquista del año pasado, tras superar una animalada de oponentes en las instancias finales (PSG, Chelsea, Manchester City y Liverpool), hizo pensar que este equipo podría, a pesar de cualquier circunstancia, volver a hacerlo. Sin embargo, lo que lo ha dejado fuera no fue otra cosa que el simple juego: un rival que fue ampliamente superior y que después de mucho intentarlo y desde todas los ángulos posibles (a nivel inversión, psicológico, emocional y, sobre todo, futbolístico), ha logrado su ansiado objetivo.
Hoy, la narrativa alrededor del Real Madrid exige el peor de los castigos para cada uno de los involucrados en la derrota sufrida en el Etihad Stadium, desde Carlo Ancelotti hasta Karim Benzema, los mismos que hace un año, poco menos, eran vitoreados y exigidos como vitalicios en sus puestos, siendo los únicos dueños de decidir cuándo llegaría su adiós del Rey de Europa. Qué ironía.
La única realidad es que lo sucedido entre ambas escuadras fue un simple y maravilloso juego de futbol.
El Real Madrid volverá, porque el Real Madrid siempre vuelve. Y lo hará con estos jugadores, y también lo hará con otros: hoy, al igual que Ancelotti, Kroos, Modric, Courtois, Rodrygo, Vinicius, Valverde, Asensio, los nombres de XabiAlonso (como entrenador), o Haaland, Mbappé, Bellingham, y quien sea, serán nombrados como los elegidos a la revolución que ‘necesita’ el Madrid.
Que alguien les avise que, tarde o temprano –oh, gran sorpresa –también les llegará su fin de ciclo.
Miguel Caballero / @doncabitos
