El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal
2024 es el año en el que el Puebla cumple ochenta años de su fundación, un club con una rica historia, con datos sobresalientes y con grandes jugadores que han vestido una playera que fue diseñada por su propio fundador y que le ha dado una identidad a lo largo del tiempo. “El equipo de la Franja” llega a esa edad a pesar de momentos muy complicados, de una desaparición luego del incendio de su primer estadio, de una reaparición en segunda división que tuvo momentos destacados, con un ascenso en el marco de una promoción para crecer el máximo circuito, luego vivió una etapa gloriosa. Es un club que ha soportado una persecución despiadada, que aguantó la llegada de prestanombres en los noventa, que luego se convirtió en una especie de botín político, que ha soportado dos descensos en un lapso de seis años para mantenerse a pesar de la falta de instalaciones propias. El Puebla es el equipo de una de las ciudades más importantes del país pero sin la infraestructura que correspondería a esa etiqueta y, por ello, está lejos de cumplir con las exigencias del futbol moderno.
Pese a ello hoy el equipo de la Franja vive una etapa de estabilidad institucional y deportiva que hacía mucho tiempo no se daba. Seis clasificaciones a la liguilla en los últimos siete torneos, siete boletos de siete en disputa a la llamada fase final (a partir del repechaje) han propiciado que el cociente deje de atormentar a los poblanos. La tabla de cocientes del Clausura 2024, que arranca este fin de semana, muestra al Puebla en la novena posición (media tabla) con 117 puntos en 85 juegos para 1.3765, cuatro puntos por encima de Cruz Azul, una institución con un presupuesto mucho mayor del que maneja la directiva poblana, diez sobre Atlas y catorce sobre el San Luis que son sus más cercanos perseguidores. En relación con la parte baja le lleva treinta unidades al penúltimo lugar, su hermano Mazatlán, y 32 al colero que es Tijuana, sin olvidar la referencia de Juárez que es penúltimo con un cociente más volátil ya que apenas suma 51 partidos para promediar.
Son datos que significan una estabilidad, los escándalos que fueron tan comunes a finales de los noventa y los primeros años del actual siglo, ya no existen; los jugadores cobran puntuales sus quincenas y ahora hay algunos casos de futbolistas que regresan al equipo ya que se sintieron muy cómodos en su primera etapa como Lucas Cavallini. El Puebla se ha convertido en un equipo competitivo, que relanza carreras como la de Guillermo Martínez, que ha tenido buen ojo para fichar a jóvenes que potencia como los uruguayos Maxi Araújo y Emmanuel Gularte y que hoy intenta replicar con Sebastián Olmedo, Kevin Velasco y Lucas de los Santos. Todos estos son los aspectos positivos de la actual directiva ya que cuando llegó la afición estaba acostumbrada a pelear por no finalizar en el último lugar de la tabla de cocientes, hoy la costumbre es clasificar a la liguilla, si bien las aventuras en la llamada “fiesta grande” han sido cortas a excepción de la semifinal en el Clausura 2021.
La actual directiva tiene muchos retos por delante y el principal es su credibilidad ya que a pesar de esta estabilidad, misma que incluso le ha ayudado a colocar algunos prospectos de fuerzas básicas, la afición no se conforma y quiere más, la salida de jugadores importantes (en este receso la de Martínez) ha contribuido a la idea de que el Puebla se reinventa torneo a torneo, que siempre pierde talento, complicando la labor de los técnicos, cuando si nos fijamos bien llegaremos a la conclusión de que muy pocos jugadores han podido mantener su cuota de protagonismo lejos del Puebla: Ormeño deambuló por varios equipos y ahora se habla de su regreso a la Franja, Cavallini vivió una historia parecida, Omar Fernández ha tenido chispazos en León pero sólo eso, Javier Salas alterna la titularidad con la banca en Juárez, Salvador Reyes no pudo brillar en el América, Israel Reyes perdió la titularidad en las Águilas, Christian Tabó ha pasado con más pena que gloria por Cruz Azul y Pumas, por lo que sólo Maxi Araújo y Gularte en Querétaro han podido mantener su nivel; mientras que el Puebla se ha mantenido como una escuadra competitiva como lo demuestra esas seis liguillas en los últimos siete torneos.
Ahora que arranca el Clausura 2024 el Puebla perdió a Guillermo Martínez, su goleador, Ricardo Carbajal se sostiene como director técnico para tratar de mantener el nivel que alcanzó la temporada anterior cuando contra todo pronóstico metió directo al equipo en zona de liguilla tras un flojo inicio que obligó al cambio de director técnico, de tal manera Carbajal cuenta con la base del torneo anterior, con la duda de quién ocupará el lugar de Martínez ya que Barragán no pasa por su mejor momento, Sansores fue válido como revulsivo, y habrá que esperar si Cavallini retoma su nivel en un equipo que puede explotar sus virtudes como centro delantero ya que ataca por bien por las bandas y genera muchos servicios para el hombre en punta, sin olvidar a las jóvenes promesas Ángel Robles y Samuel González. También llegó para reforzar el mediocampo el veterano Fernando Navarro quien llegó a ser un jugador fundamental en el León y que aquí puede ser de mucha ayuda por su talento y visión de juego aunque en esa zona Diego de Buen y Pablo González tuvieron un gran semestre por lo que su presencia incrementará la competencia interna.
Da la impresión de que hace falta un defensa central que ayude a Olmedo ya que Gastón Silva comete muchos errores, cae en distracciones constantemente y por eso el Puebla recibe muchos goles ya que sus laterales tienen vocación ofensiva y luego hay muchas lagunas que Silva en lugar de subsanar contribuye a que se profundicen; sin embargo, en ese sentido no hay noticias sobre la posible llegada de alguno por lo que habrá que seguir sufriendo a la espera de que el uruguayo dé un paso adelante. La situación es muy delicada ya que el hombre experimentado es precisamente Silva quien llegó al Puebla en 2022 y en marzo cumplirá treinta años, mientras que el más joven, Olmedo, es el que ha solventado muchas de esas lagunas que deja el charrúa.
Algo que pocas veces se comenta es que estos resultados han llegado con cuatro directores técnicos distintos: Juan Reynoso, Nicolás Larcamón, Eduardo Arce (el único que no llegó a liguilla aunque sí a fase final o repechaje) y Ricardo Carbajal, que en todas ellas ha podido llegar al menos a veinte unidades sin contar con instalaciones propias para entrenar y para desarrollar sus fuerzas básicas. En los últimos años el equipo camotero ha ido de Los Olivos al Alpha a Ciudad Universitaria, mientras que el equipo femenil trabaja en la Unidad Deportiva de la Volkswagen, de tal manera que el presupuesto para los equipos debe tomar en cuenta la renta de esos lugares de entrenamiento o de juego en el caso de las categorías con límite de edad. Y es que ese ha sido el gran pendiente de cada una de las directivas que ha pasado: Dotar de instalaciones al club, una carencia que complica los planes y hasta la viabilidad del equipo.
Ese es el Puebla de la Franja que en mayo llegará a los ochenta años de vida, un equipo que ha tenido más méritos de los que se le reconoce en el plano directivo pero que tiene una afición sedienta de nuevos éxitos, a la que empieza a saberle poco el llegar a las liguillas (como si fuera tan sencillo ya que muchos equipos con mayor presupuesto que el del Puebla se han perdido más en estos últimos siete torneos), pero la efeméride es mucho más que un aniversario y un número redondo. A todos los involucrados con la Franja (directiva, jugadores, cuerpo técnico, medios de comunicación y hasta aficionados) convendría repasar la rica historia del equipo para conocer sus momentos brillantes pero también los que lo han orillado a desaparecer o a estar cerca de la desaparición, para no reducir todo a unas cuantas leyendas sino para valorar lo que se ha construido desde la iniciativa de don Joaquín Díaz Loredo, desde su decisión de ponerle una franja en el uniforme en honor del River Plate argentino y de definir los colores en honor de la talavera poblana.
Desde el inicio el Puebla conectó con su ciudad y tuvo una identidad muy clara gracias a estas decisiones, por eso cada vez que la Franja ha cambiado el color de su franja (a una naranja bajo la directiva de José Abed y a otra roja con la directiva de Ricardo Henaine) ha fallado a los valores de su fundación. Conocer la historia del equipo no es quedarse en el pasado, tampoco es añorar esa época gloriosa en los años ochenta, conocer la historia del equipo es una obligación para aquellos que trabajan en el club, pero también para aquellos que dicen amarlo y exigen mejores resultados ya sea en el estadio o desde la comodidad de un sofá en casa y en el anonimato que muchas veces ofrecen las redes sociales.
Hace una semana en el programa “La pelota no se mancha” que se transmite los lunes a las 22 horas en SICOM Televisión el historiador Héctor Padilla comentó un dato destacado: En el Puebla jugó el argentino Ricardo Alarcón quien fue el primer anotador en “La Bombonera” de Buenos Aires, la casa del Boca Juniors. El día de su inauguración, el 20 de abril de 1940, en un amistoso frente al San Lorenzo, Alarcón hizo el primero del partido; unos meses más tarde, el 2 de junio, volvió a marcar en ese inmueble en lo que fue el primer partido oficial y volvió a ser el primero en un triunfo de 2-0 sobre Newell´s Old Boys https://www.youtube.com/watch?v=gl0SA2hLMd0; Alarcón llegó a ser seleccionado por Argentina ya que el Puebla contó con jugadores que habían vestido la albiceleste como Bruno Rodolfi quien fue figura del River Plate.
Junto con ellos llegó otro futbolista que había vestido la playera de River y de otro grande de Sudamérica, el Colo-Colo de Chile, Eladio Vaschetto. Fue él quien marcó el primer gol del Puebla en torneo de liga, el 20 de agosto de 1944 cuando la Franja goleó al Atlas por 5-2 en “El Mirador”, el gol de Vaschetto cayó al minuto diez dando pie a una fiesta en la que también aparecieron Escalada y el propio Ricardo Alarcón. La importancia de Vaschetto en el River Plate fue tal que se le menciona en la obra del periodista Dante Panzeri, “El futbol, la dinámica de lo impensado: “Quedó tuberculoso de tanto bajar y subir” y más recientemente Martí Perarnau en “La evolución táctica del futbol” también lo destaca: “Renato Cesarini primero y luego Eladio Vaschetto más tarde incorporan a nuestro futbol el interior peón”. Vaschetto llegó al Colo- Colo de la mano del entonces técnico, Ferenc Platko (quien había sido arquero del Barcelona y fue el protagonista de la final de la Copa de España de 1928 por la que el escritor Rafael Alberti le dedicó "la Oda a Platko"), aunque en Chile jugó poco antes de llegar al Puebla.
El Puebla fue el primer club mexicano que trajo a un futbolista africano, Abdul Abderrazak Ben Mohammed, quien tuvo buenos momentos en la 51-52 generando que la afición lo valorara mucho aunque su familia no se adaptó por lo que regresó a Europa para jugar en Francia; previamente había militado en equipos franceses y en el Real Murcia de España, donde todavía se le recuerda. La historia del Puebla, estos ochenta años, dan para muchas líneas pero hoy era importante destacar que a pesar de que algunos el bagaje en títulos pueda resultar pequeño, el equipo de la Franja ha sido clave para el futbol mexicano y que lo más valioso con lo que cuenta es su identidad, una identidad que ahora se defiende mucho más de lo que lo hicieron otras directivas que sí eran poblanas.