Sin ilusiones

Sin ilusiones
Miguel Caballero
Atando cabitos Selección Mexicana de Fútbol

Atando Cabitos por Miguel Caballero/@doncabitos

Escribo este texto justo antes de comenzar el partido entre México y Estados Unidos, para así no verme influenciado por un resultado que apunta, lamentablemente, a un triunfo del conjunto estadunidense.

El famoso “equipo de todos” (que en realidad es de unos cuantos), hace mucho que dejó de transpirar esa sensación de grandeza y personalidad. No es un tema propio de Diego Cocca, como tampoco lo fue de Gerardo Martino (aunque colaboró muchísimo en la etapa final de su gestión) o de Juan Carlos Osorio (quien en el momento clave, dudó de su propia filosofía y lo pagó más que caro), o de algunos de sus antecesores.

El sinsabor que provoca el “Tricolor” viene cocinándose desde hace muchos, muchísimos años, con decisiones enrevesadas desde el plano futbolístico o meramente deportivo, pero que desde el ángulo comercial cobran todo el sentido del mundo.

Parecía que el despropósito protagonizado en la reciente Copa del Mundo de Qatar provocaría, al menos por conveniencia, un reacomodo en todas las estructuras, sobre todo tomando en cuenta que la siguiente justa mundialista, aunque fuera en menor medida y sin el protagonismo de las dos ediciones en que el país ha fungido como magnífico anfitrión (70 y 86), se llevará a cabo en casa. Pero, todo lo contrario.

Las decisiones radicales que, una vez consumado el durísimo tropiezo en territorio catarí, se encargaron de prometer y presumir, por voz propia y a través de sus brazos mediáticos (cabe recordar los ‘editoriales’ de las periodistas Denise Maerker o Danielle Dithurbide, quienes de la noche a la mañana se convirtieron en analistas de ‘mano dura’ del producto que su propia empresa se ha encargado de promocionar como lo que no es, una potencia futbolística) simplemente fueron, tal como se esperaba, palabras al vacío, demagogia pura; una farsa absoluta.

Resulta divertido cómo ahora, Juan Carlos ‘la Bomba’ Rodríguez, el ‘nuevo’ líder de los rumbos del futbol mexicano, se pasea a diestra y siniestra por el carrusel de micrófonos preparado a su merced, cual político en campaña (qué coincidencia con los tiempos actuales), para seguir difundiendo las mismas mentiras de siempre: cambios profundos, análisis justos y certeros, decisiones drásticas (que recaen siempre en todos lados, menos en donde deben), esperando que con el tiempo, el agua vuelva a su cauce.

Cocca, a quien ya le comienza a incomodar el ropaje del conjunto tricolor, no llegará a la Copa del Mundo de 2026. No hace falta ser un erudito para saberlo. El argentino fue simplemente un puente distractor para no sentar en el banquillo al que el Mundial con el país vecino, gran amigo del negocio, exige.

Los dólares aguantan impacientes. Mientras tanto, el “Tricolor” camina directo a un pozo sin ilusiones.

PD. Corren poco menos de 25 minutos del juego. Lo que se acaba de ‘comer’ Pulisic. Ahí muere.

 

 

Banner Footer